Hace unos días mi sobrina armó paseo con mis hermanos, para que ellos conocieran el mar, al cual nunca habían ido, y por supuesto me echaron en el paquete, algo que no le gustó a mi sobrino por que según él yo era la más paseadora, entonces para qué me iban a llevar a conocer algo que ya conocía.
Ah, pero es que por allá no conozco, y además mi sobrina me quería llevar también, así que prevaleció el poder del que paga.
Así que a ponernos de acuerdo para la hora de salida, qué llevar , dónde encontrarnos y todo lo pertinente. Mi hermana no quería llevar ni un pantalón para meterse al mar, que ella solo miraría desde la orilla y que así seria feliz.
«No señora qué va, lleve un pantalón para que metamos las paticas al agua desde la orilla». Le decía yo, «nos hacemos en la orilla y ahí nos quedamos con los pies no más».
Los que íbamos al paseo, Mi hermano y su esposa, mi hermana, mi hijo, mi sobrina y yo. Mi otra hermana no quiso ir, luego se arrepintió, pero tarde. Cuando la invité dijo que no, que se mariaba y no sé que más, los otros de una dijeron que sí.
Así fue que el sábado muy temprano nos levantamos. Mi hermana durmió en la casa para estar puntualita a la salida. Madrugamos y temprano nos llamó mi cuñada, que como estábamos més cerca les guardáramos puestos en el bus.
Cuando llegamos ya estaban ellos allá. Antes nos habían guardado puestos ellos 😀
Por si las moscas tomamos mareol, al menos yo porque no sabia como era el camino de culebrero. Mi hijo si se marea con solo oler gasolina, así que aunque tomó pastas de todas maneras se mareó, pudo haber sido por que se la tomo en ayunas. Quién sabe 😀
Llegamos donde mi sobrina, tempranito. Desayunamos y ahí nos empepamos todos. Mi cuñada le dio una pasta a mi hijo aprueba de todo mareo hasta en avión podía montar, según eso.
Y la verdad es que nos fue super bien a todos. El viaje fue sin novedad. No había tantas curvas como me habían dicho, o me las dormí. El caso es que llegamos super rápido, no más de tres horas.
Llegamos a la ciudad y de ahí al puerto, nosotros esperábamos, pues mi sobrina era la que tenia los contactos, así que solo la seguíamos para todas partes y a rechazar las ofertas de transporte que nos hacían los lugareños.
Luego a seguir para la lancha. Eso sí que gentío y que paciencia mientras nos tomaban el nombre de cada uno y luego a esperar que la barca saliera.
Nos montaron en la barca y en alta mar se varo. Al menos nadie nervioso, solo la recocha de que se bajaran a empujar los de atrás y eso iban chicos con buen sentido del humor y al momento repararon el desperfecto y seguimos el camino sin contratiempos hasta llegar a la isla.
Allí nos estaban esperando unos fortachones que nos cargaron hasta la orilla. Qué divertido, para no mojarnos los pies y el equipaje. A los hombres los bajaban a tun tun, se hacen sus pesitos de esta forma, pues esperan la liguita como dicen ellos.
Nos llevaron hasta la puerta de la habitación donde nos íbamos a hospedar, muy amables ellos.
Alcanzamos a llegar a tiempo para el almuerzo, la señora contratada nos lo tenia listo y comimos rico y pal mar.
Nos pusimos el chingue, loción protectora y los que se meten a chapucear. Mi hermana se puso el pantalón y al agua. Al principio era con miedito, lo mismo que mi hermano, pero luego parecían peces en el agua.
La primera tarde nos la pasamos turnándonos para cuidar los objetos personales de valor como los celulares, así que unos se metían, luego se salían para que entraran los otros, creo que fui la única que se quedó mas en el mar.
Por la noche les dije que al otro día dejaran sus cosas de valor en la habitación, para que todos nos pudiéramos meter al mar al mismo tiempo, que ya habían tomado fotos, así que para repetir qué tontería, pues me hicieron caso dejando todo en la habitación y se desconectaron del mundo y sus placeres durante un día.
Ahi si todos nos metimos al mar junticos, recochando y como alquilaron un neumático nos podíamos adentrar en él un poco más a fondo. Luego subimos a mi hermana y ella como una reina no se cambiaba por nadie.
Cuando llegó la hora de entregar el neumático que mi hijo se llevó a mi hermana para la orilla y la bajo de él, no contamos con que ella se iba a hundir y por poquito y se nos ahoga. Tomó algo de agüita mientras que él se percataba que la pasajera estaba chapoleando como pez fuera del agua.
Que susto nos dio, cuando vimos esto y que estábamos lejos como para auxiliarla, tampoco era para ahogarse, pero nunca se sabe. Cuando logró sacar la cabeza del agua, pensé que le iba a dar un ataque de risa, por que no hacia sino reírse y nosotras pues también, al ver que no había peligro.
Eso sí, siempre trago agua dos veces, pues yo al tratar de enseñarle a nadar, se me hundió un poquito y la burla de todos, es que a la final le sacamos pelos a una calavera.
Luego nos montamos en el gusanito, los más valientes, los otros se quedaron en la orilla viéndonos gozar. Eso es muy divertido, nunca lo había hecho, da un poquito de susto, pero me dije lo peor que puede pasar es me ahogue, pero nada ni agua alcance a tragar.
Así terminamos el domingo, con fogata en la playa por la noche.
Al otro día paseo al charco de la dicha, le preguntamos al guía por qué ese nombre y nos contesto que por que los que lo descubrieron dijeron: que dicha encontrar agua dulce y así se quedo.
Muy rico el paseo ecológico, era puro monte y trochas como 45 minutos de caminata, pero al llegar a ese remanso de paz, vale la pena la caminada, es un charco no muy grande, pero el agua es cristalina y se respira aire puro, dan ganas de quedarse perdidos alli.
Chapuceamos un rato, mi hermano no se quería meter, pues le daba susto, un señor que estaba allí le paso una tabla para que se metiera prendido de ella y al entrar y pisar fondo, tomo confianza y la pasamos sabroso, no había peligro de hundirnos.
Estuvimos un rato, no mucho por que al medio día teníamos que regresarnos, así que nos devolvimos y ya venía el otro guía con un montón de personas, hubiéramos quedado estrechos, menos mal ya nos habíamos salido y disfrutado el charco para nosotros solos.
Llegamos y almorzamos, empacamos maletas y de nuevo para la barca. El señor que rentó la habitación nos tomó varias fotos, según él porque éramos un grupo muy alegre y juiciosos. Le dijimos de la gotera inexistente que le cayó a mi hijo en la ropa y en el computador, que risa, no nos explicamos de dónde le cayó agua, pues estábamos en un primer piso y no llovió ni nada, así que quedó la gran incógnita de dónde le llovió sobre mojado.
Fue a la final lo único maluco que paso, pues se le dañó el bicho este. Es que definitivamente, para pasear es mejor andar ligeros de equipaje.
Después de esto llegamos a la casa sanos y salvo, con buenos recuerdos para contar, volvimos los que fuimos.
26 respuestas a «De paseo con mis hermanos»
Qué experiencia tan bonita con la familia. Son esas cosas las que recordaremos en la vida y no las materiales. Me alegro mucho de que tuvierais un día estupendo. Ya solo falta que sea algo que se repita más a menudo. Un saludo.
Si, seria chevere poder pasear juntos mas seguido.
¡Hola Amparo!
Cualquier viaje por corto y cerca que sea es bueno y regenerador. Estar en otro entorno nos carga las pilas y, una vez superados los primeros miedos, se disfruta un montón.
La próxima nos subes alguna foto más de la isla, la playa, y la caminata por el sendero en la naturaleza ¿no?
La fotógrafa era como malita, todas las fotos muy oscuras o desenfocadas.
Me recordó muchísimo a los paseos que realizaba con mi familia cuando era pequeña, íbamos seguido a la playa pues vivo cerca de la costa, así que ir era bastante sencillo. Siempre quise subirle al platano inflable que te lleva con una moto aquática aunque nunca se me hizo, ahora ya no hemos ido pero quiero regresar con mi hija, sé que también amaría esa experiencia. Me hubiera gustado haber visto más fotos de ese día!
Esa experiencia del inflable es genial, debe ser parecido al gusanito donde me subí, se siente regio.
¡Vaya experiencia Amparo¡ Me alegro que lo hayais pasado bien, con anécdotas y recuerdos que siempre quedarán.
Qué bonito compartir con la familia momentos y vivencias de los que luego puedas recordar con una sonrisa.
Además está genial abrirse hacer cosas diferentes, disfrutar de la vida, que es lo que nos transmites en tus post. Yo también he echado en falta más fotos que ilustren este paseo que nos cuentas con gracia y cariño.
Gracias por compartir. Un abrazo
Màs fotos, al no tener celular es lo que hay, escasez .
Hola Amparo!! Que bonito que viajes en familia, y que bonito que tus familiares hayan conocido y disfrutado del mar. Hermoso tiempo y la historia de tu hermana me hizo reir y tu frase de lo peor que me puede pasar es ahogarme jajajajaja.
Lo importante es que todos lo hicieron, se metieron al mar aunque sea con un poco de miedo pero lo hicieron, de eso se trata fueron valientes y disfrutaron de un maravilloso tiempo y paseo en familia que nunca olvidarán.
Abrazos!
Ah mi hermana es un caso, se pasa super divertido con ella.
Hola Amparo!!
Que divertido el viaje. Me parece genial salir a disfrutar con la familia. Que susto, tu hermana con el flotador, no??
Me ha encantado leerte pero me he quedado con ganas de ver algunas fotos de las que te hiciste.
Besos!!
Si fue un poquito el susto, les quedo debiendo fotos.
¡Hola! Jo, que plan más completito, debieron pasar un tiempo excelente en familia, parece que se divirtieron mucho!!! Aunque qué susto lo de tu hermana, menos mal que solo quedó en eso, en un susto, y que pudieron reirse de la situación después. A seguir disfrutando!
Si, no me quiero ni imaginar que algo hubiera pasado.
¡Amparo, lo tuyo sí que son aventuras!
A mí también me encanta viajar con mi familia y me reconozco en mucho de lo que cuentas. Lo que cuesta organizar a todo el mundo, siemrpe hay alguien que se «sube» a última hora, los que se lanzan a todo y los que se quedan mirando…
¡En mi próximo viaje familiar me voy a acordar de tu viaje al mar!
Un abrazo
Es que siempre pasan cosas, que tal si no.
¿Qué sería de los paseos familiares sin esas anécdotas? Sin el bus que se vara, sin la tía que llega tarde, sin el primo que se pierde, etc.
A mi me gusta el mar, pero en plan contemplación. Yo tampoco soy de las que me meto porque me fastidia el agua salada y la arena hasta en los calzones. Prefiero quedarme en la playa y mirar a lo lejos, al horizonte, preguntándome qué hay más allá y maravillándome del enorme cuerpo de agua.
No contaste en dónde estuvieron
Estuvimos en Buenaventura en una playa llamada Pianguita.
Que bonito! lo mejor de esta vida son los momentos que vivimos con nuestras familias,
Lo que siempre nos llevaremos con nosotros no son las cosas materiales, sino los momentos vivimos que son imperecederos y que siempre nos acompañarán y nos reconfortarán en los momentos más duros.
Y me toca escribirlos, por que sino se quedan en la nubelosa.
Amparo, como siempre me translado hasta tus historias. El arte de narrar se te da genial y siempre está tu personalidad en cada letra. Me gusta leerte porque recuerdo cosas de Colombia. Las carreteras curvas y la palabra «Chingue» que hace rato no escuchaba. Genial siempre leerte.
Me alegro que la hayas pasado súper en el paseo.
Gracias, la pasamos super bien.
Me alegro que disfrutes de estos paseos con la familia, creo que es genial vivir la experiencia.
La familia es importante y pasar con ellos tiempos de calidad ya bien lo es. Así que me encanta ver que la pasaron genial.
A por más momentos así 🙂
Los paseos familiares son muy lindos, en especial cuando quedan anécdotas como estas hehe. Yo tengo unas cuantas de mi infancia.
Ojala fueran cada 8 días al menos, seria muy desestresante.
Excelente paseo! de verdad que fue fascinante leer tu experiencia, se nota que moló un montón