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Cosas que pasan

De paseo por San Andrés

San Andrés, es una isla que está muy cambiada y la verdad que no sé si para mejor. Porque nada que ver de cuando yo fui hace mas de 20 años.

Todo estaba a la mano y a la vista, ahora todo hay que pagar, hasta para ver el hoyo soplador, que lo escondieron, y para que te sople hay que comprar una bebida que cuesta $25,000 y entran tres personas.

La cueva de Morgan no se dónde quedó porque ni la vimos. El acuario refundido.

Eso si queríamos ver algo había que pagar. Todo se volvió que si no tiene plata es mejor no ir, porque estos planes son únicamente para la comida, dormida y el avión para lo demás defiéndase como puedan.

Y es que resulta que cada movimiento en la Isla es plata.

Lo único medio gratis en meterse en la playa, por que fuera hay que pagar las sillas, el toldo, donde se sienta… Eso es algo que en cualquier momento cobran por entrar al agua también.

Por lo menos nos hizo buen tiempo, aunque caían unos aguaceros que así como llegaban se iban

Nos metimos en la playa con Anita, eso era para risas las sacudidas que nos daban las olas en Jony Qui, nos dio unas revolcadas que hasta un zapato nos robó las olas. Ahí quedo Andrés andando a la pata coja.

Nos montamos en un puente que estaba todo enclenque y nos mandaba de un lado a otro, parecíamos borrachos, yo pasé ayudada por Andrés por que sola seguramente me hubiera caído.

Anita y Amparo nos esperaron sentaditas. Andrés, Estela y yo nos fuimos de valientes y Estela por ayudar a una señora a bajarse del puente se ganó tremendo golpe ya que la señora le cayó encina y ella fue a dar al piso y se dio con una roca.

Ahí es donde uno dice que por acomedido se gana lo que esta escondido. Porque luego el dolor y el morado todavía persistían días después. Le quedó un tolondrón lo más de feo.

Conocimos una parejita de recién casados, la chica tenia una niña que le sirvió de pajecito en la boda. Nos contaron que les salió bien caro el viajecito, pero con la plata que recogieron se ayudaron mucho.

Se veían lo más de enamorados, ojalá les dure mucho. Él se consiguió un buen segundazo, que risa la que nos dio con ese cuento del segundazo, para eso que a todo le sacamos jugo.

Por lo demás, Anita se metió al agua y la metimos en la llanta, Andrés la acompañaba, luego la tiro en la orilla y ahí trago un poquito de agua.

Un señor corrió a sacarla pensando que se estaba ahogando, luego se salió y se quedo sentada, viendo como nosotros jugábamos con las olas que nos llevaba y nos traía.

La comida estuvo muy bien, comíamos lo que queríamos, los cuartos muy agradables y el paseo se terminó más rápido de lo que empezó..

Andres perdiendo el zapato

Por Amparo Bonilla

Me considero una apasionada de la vida, soy alegre, optimista y siempre encuentro lo bueno de lo malo. Tengo una filosofía de vida que consiste en hacer lo que me gusta, cuando quiero hacerlo y sobre todo sonreír porque la vida serie es muy aburrida...

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