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Cosas que pasan

La primera vez de Emily en avión

El Sábado Santo de 2022 fue la primera vez en que Emily montó en avión. Ese día estábamos de lo más desparchadas, cuando llamó el papá que si quería ir a Medellín con la niña de paseo a la Hacienda Nápoles, la que fue de Pablo Escobar.

Pues claro, ¿qué hay que hacer? Pues arregle maletas y vénganse para Cali, mientras le conseguimos los boletos en avión. Se necesita el registro civil de Emily. Así que había que ir hasta la casa de la tía primero, por las llaves y el registro que lo había llevado la abuela y luego a la casa por dinero y el chingue.

Eso de una nos fuimos a hacer todas estas vueltas. Donde la tía nos esperaba almuercito, de ahí para la otra casa y a esperar que nos dijeran a que horas habían conseguido boletos.

Fueron conseguidos para las 9 de la noche. Nos fuimos desde las 7 para estar a tiempo y que había que reclamar los boletos, conseguí un taxi en la misma unidad.

Llegamos a reclamar los boletos y me dicen que había un vuelo que salía inmediatamente, que si lo tomábamos o era esperábamos el otro y arriegarse a que nos lo dieran para el otro día. No me explico esa inconsistencia, pero estamos en Colombia donde cualquier cosa puede pasar.

Eso me explicaron unas cosas todas raras que ni entendí, lo único que entendí es que había que hacer escala en Bogota, pero según ellos llegábamos a la misma hora. Sí, como no.

De Cali si salimos puntual, una hora después, dizque por que el tiempo en Bogotá estaba un poco chispeado, cuando llegamos a los asientos que nos tocaban Emily de una se sentó y se abrocho el cinturón. Yo un poco enredada, tuve la asistencia de ella que me lo abrochó.

Cuando despegamos sintió la emoción del despegue y apenas hacia aspavientos y que era un encanto montar en avión. Para ella fue una bonita experiencia.

Salimos, llegamos rápido a Bogota y ahí a tratar de dar con el vuelo para Medellín. Qué cosa tan engorrosa es cuando no dan las indicaciones o es que como cosa rara yo siempre entiendo mal y me pierdo dándole la vuelta ala esquina.

Pero eso preguntaba para la salida para Medellin y me mandaban como una pelota de aquí para allá, hasta que me enojé y le dije a una de las chicas que me indicara bien que me iban a hacer perder el vuelo con tanta volteadera. Pues ella trató, pero yo no veía movimiento, hasta que le pregunté a un chico que si me informaba de la sala tal y él muy querido me llevó hasta la puerta donde se estaban embarcando para Medellín.

Menos mal porque sino esta era la hora que todavía le estaba dando la vuelta al aeropuerto.

Ahí se demoró otro rato para salir, nos tocó en puestos separados, la azafata me dijo que le pidiera el favor a alguno para que me cediera el puesto para estar junto con Emily, pero ella llegó y de una se sentó y se abrochó el cinturón sin problemas.

Entonces viajamos separadas, yo atrás y ella adelante un puesto. Sin novedades llegamos a Medellín. Allí se demoró otro ratico mientras desocupaban una pista, llegamos pasadas la medianoche y eso que se suponía que llegábamos por ahí a las diez.

Luego en el taxi hasta el hotel donde nos esperaban los papás de Emily otra hora. Eso llegamos casi a la madrugada y para madrugar a las 4 de la mañana para ir a la Hacienda Nápoles, quedaba bien lejitos.

La despertada de Emily fue maluquita pues quería seguir durmiendo. Yo le dije que estábamos en un paseo donde se pasaba bueno, o maluco, según como tocara. Entonces ella como que recapacitó y dijo bueno, es un paseo donde seguro pasaré bueno cuando este en el aguita.

Aguita la que nos toco. Llegamos y para poder conocer algo de la hacienda se pagó un carrito para que nos correteara por algunas partes permitidas.

Eso es muy extenso en un día no se camina y se conoce todo lo que hay para ver. En el recorrido cayó un chaparrón que nos aguó el paseo un rato. Lo bueno de que llueva duro, es que escampa casi rápido. Dos horas después, terminamos el recorrido en el carrito y ya era hora de almuerzo, luego para la piscina, en la tarde.

Había muchas atracciones acuáticas, fuimos donde la niña podía estar sin peligro. Se la gozó todas y lo que nos faltó. Para una próxima ida, están acondicionando mas terreno para más atracciones. Para el próximo año habrá una cantidad de cosas nuevas, los que ya hayan ido se sorprenderán.

Y de esta dorma y sin planear nos dimos un aventon bien rico que la pasamos, asi me gustan los paseos, como ando desparchada y con la maleta lista, no es sino que digan de paseos y ya estoy de primera para las que sea.

Por Amparo Bonilla

Me considero una apasionada de la vida, soy alegre, optimista y siempre encuentro lo bueno de lo malo. Tengo una filosofía de vida que consiste en hacer lo que me gusta, cuando quiero hacerlo y sobre todo sonreír porque la vida serie es muy aburrida...

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