Yo no tenia ni idea de que en Sevilla, mi pueblo, había un patriarcado donde había un manda más que se pasa a la policía por la faja.
Increíble que estas cosas pasen en un pueblo donde todos aparentemente se conocen y que cuando se necesita de las autoridades estás salgan con cuentos raros. Sólo por hacerle favores a los amigos.
Se supone que la ley es para todos por parejo, sin discrimaciones raciales o territoriales, pero no, al parecer la plata es la que manda, aunque mande mal.
Me di cuenta por las noticias locales que pasó algo con un venezolano al cual despojaron de sus herramientas de trabajo. El señor este le alquiló a otro un local que estaba de capa caída y él con mucho trabajo y trasnochadas lo estaba acreditando.
Sin embargo, al parecer el señor al que le arrendó no le gustaba la forma de trabajar del venezolano, así que le empezó a hacer la vida de cuadritos y a exigirle que le entregara el local sin haber cumplido el tiempo estipulado y como este se negaba a desalojar el local, pues que aprovechó que no estaba un día para apoderarse del local con todo lo que había adentro.
Sí, sin importar que el venezolano hubiera llevado sus implementos de trabajo y que tuviera el negocio con insumos para hacer las comidas rápidas. El señor muy descaradamente lo robó de frente y sin empaños atropelló el negocio poniéndole candados para que el venezolano no pudiera sacar sus cosas de allí, y cuando le fue a reclamar hasta peinilla le mostró y por poco la mujer lo descalabra con una silla.
Lo más increíble del cuento no es que lo hayan despojado delante de la gente y en pleno centro del pueblo, con la alcaldía ahí en las narices, sino que la misma policía no haya hecho nada para tratar de hacer algo de justicia.
Solo por que es el gamonal del pueblo, el intocable, el mirame y no me toques porque te resbalas en mi mantequilla, la vaca que mas caga en el potrero, el que más votos pone en las elecciones de concejales, el que más plata unta por debajo de la mesa, mejor dicho, Dios le quedo pequeño a este mamerto.
Y de esta forma la justicia en este pueblo se esta volviendo de bolsillo. El que más ofrezca para salir bien parado de las fechorias que quiera hacer. Como el venezolano es un pobre asoleado que no lo calienta ni el sol, pues entonces los amigos que decía tener cuando estaba en las buenas le dan la espalda ahora que está en la inmunda y ahí si no existe amigo, no existe pana, socio, nada, defiéndase como pueda porque no tiene ni derecho a defenderse de los golpes que le den.
Porque esa es otra, el señor este le da unas palizas, pero por si por casualidad le da por devolverle el golpe, seguro lo acusan de abusar de un anciano y ahí si que le caería todo el peso de la ley sin importar que sea en defensa propia. Definitivamente la ley no se hizo para los desplatados, solo para lo que ofrezcan más y tengan con que comprar conciencias.
Es una vergüenza ajena ver este espectáculo tan bochornoso, ¿A quién se puede recurrir entonces en estos casos? si se denuncia no hacen nada y si se toma la justicia por mano propia ahí si esta la policía presta a defender a los ladrones. Definitivamente vivimos en un mundo patas arriba 🙁
Aquí un vistazo de lo que menciono en este artículo:
Una respuesta a «La vaca que más caga»
Este relato de este suceso es de todo Colombia.
Todo pueblo tiene su vaca el que más dinero tiene y es el que manda en todo el pueblo.
Lamentablemente es real y sucede a diario en todas partes de este bello país.
Hay gamonales por todas partes igual al de Sevilla.
Me gusta tu redacción y te seguiré porque me gustan tus historias.