Cañengo es la palabra del día, algo castizo para no decir encarte.
Me pongo a ver y veo que las palabras tienen su efecto en las personas que se identifica con ellas.
Y no sé por que le dan tanto valor a algo que no lo tiene, es una palabra más como cualquier otra, pero como dice el dicho al que le caiga el guante que se lo chante.
Si nos ponemos a pararle bolas a todo lo que no nos gusta, no nos alcanzaría la vida para vivir amargados, por que a lo largo de la existencia cosas que no nos gustan oír será el pan de cada día.
¿Acaso somos monedita de oro para gustar a todo el mundo?
En medio de la recocha de la mencionada palabra, por que cuando a mi me da, me da, y como no me tomo nada en serio ni a pecho, ni me siento aludida por lo que digan los demás.
Entonces he concluido que todos somos unos cañengos, unos más engorrosos que otros, pero a la larga para alguien seremos un cañengo el día de mañana.
Incluso, en estos momentos seguro ya lo somos y no nos gusta reconocerlo.
¿Qué significa cañengo?
Porque según la real academia de la lengua, por eso se dice así, por que siempre se le va la lengua en las definiciones y hay para todos los gustos.
Cañengo en Colombia quiere decir encarte. Algo que es inoficioso, que es inútil y que estorba. Que no se puede negociar por su mala calidad o por que no atrae. Hueso, encarte. Difícil o imposible de vender.
Cuando no sirva ni para tranca de la puerta seré un gran cañengo, a quien le tocará, ahí es donde no sabemos a quien iremos a cañengar más adelante y hasta verbo es que se puede conjugar.
A la Emily no le gusta que diga que su perro es un cañengo, pero viéndolo bien, lo es.
Aparte de engorroso es dañino como todos los animalitos que viven encerrados.
Es que hasta para tener mascota se debe contar con las mínimas condiciones de vivienda y de compañía, son como niños, necesitan la misma atención y hasta más.
Por una simple cosa, no pueden hablar y decir lo inconformes que se sienten con determinada situación. Así que de la única forma que demuestran su estado es haciendo daños sin querer, queriendo.
Los niños al menos lloran y patalean llamando la atención, ellos son indefensas criaturas que están al libre albedrio de las personas que los tienen encerrados sin tiempo para sacarlos de vez en cuando.
Cuando lo ideal es tenerles una rutina para que ellos se acostumbren a hacer sus necesidades en los parques o en los sitios destinados para estos menesteres, que no sea dentro de la vivienda.
Así que por mucho que no les guste, la palabra cañengo, y m{as aún que digan «pero es que ese cañengo es mío», es mentira, nunca nada es de nadie a no ser que se viva completamente solo.
De resto es un cañengo para todo el que se quiera dejar encañengar.
En la casa de Emily el que vaya se visita le toca parte del cañengito, por que es todo cariñosito, y a no ser que se tenga corazón de piedra, ¿Quién no se encariña con un animalito que lo único que pide es amor y compañía’
Y en la vida estamos rodeados de cañengos: animales, personas, objetos, cosas, algunas son fáciles de deshacerse de ellas, otras por cariño costumbre o terquedad nos quedamos con ellas sin importar que el cañengo sea algo que nos impida ser felices y hacer cosas que sin encartes podríamos hacernos la vida más llevadera.
Entre otras cosas me gusta más mi palabra cañingo que cañengo porque mi dicionisio es más original.