Las tragicomedias son historias que nos pasan entre trágicas y cómicas que nos dejan grandes enseñanzas para la vida.
En los últimos días han pasado cosas que luego de sucedidas quedan como anécdotas para recordar.
Y como siempre en las caminadas diarias son la comidilla mientras le damos la vuelta al estadio.
La semana pasada me pasó a mi.
Pues resulta que uno de mis hijos se lo llevó la policía por indocumentado.
Fue una noche espantosa mientras lo soltaban ya que tenia que esperar que le llevarán la cédula y las coincidencias de la vida.
Resulta que mientras que a él lo esculcaban por documentos, la mujer estaba en la clínica con la niña.
Así que no podía contestar las llamadas que le hicieron oportunamente.
4 horas después pudo responder al celular y le dan la noticia de que tienen a su marido detenido,
Menos mal que ya había salido y habían atendido a la niña de su dolencia, sino imagínate la angustia de no saber a que atender primero.
Así que llevo la cédula y lo rescató, quedando como enseñanza, nunca salir indocumentado y sin celular, menos.
Lo que siempre he temido, recibir malas noticias por teléfono y estar lejos para ayudar.
Aunque esta vez ayudé desde la lejanía, pues a la chica no se le había ocurrido llamar a los tíos de mi hijo para que fueran por ella.
Estaba sola y desamparada en la calle con la niña. Yo ahí mismo llamé a la tía la puse en antecedentes de los sucesos y ellos se apersonaron de ir por ellas a la clínica.
Luego por mi hijo y corretearlas de allá para acá. Hasta que los dejaron a salvo en su casa a las dos de la madrugada.
Esa noche fue de insomnio total y una de las primeras tragicomedias del fin de semana.
Y las tragicomedias no terminan aquí
Esta semana comentaba mi amiga su propia tragicomedia.
Y es que entre drama y drama no se sabe lo que es peor.
Sin embargo, el que le ganó a todos fue lo que sucedió hoy mientras hablábamos de estos dramas del fin de semana.
Empezamos la caminada con la noticia de que la madre de ella estaba hospitalizada.
Al parecer y solo un milagro la levantara de nuevo.
Es muy crítico el estado, los médicos no dan un peso por su recuperación, y los hijos se pusieron de acuerdo para no entubarla, pues por la edad ya no hay muchas esperanzas.
Lo contrario seria martirizarla y prolongar lo inevitable. Por lo menos los hijos no la quieren tener como una estampita en la casa.
Aquí empieza la conversación:
- ¡Jum! Qué tragedia, le digo yo, la suya si es peor que la mía.
- A mi me pasó que don Hugo me desocupó la casa.
- Cómo así, no lo puedo creer. Responde toda asombrada la amiga ¿Y cuando fue eso?
- El sábado por la noche, sin previo aviso, vio otra mejor y se largo, y yo me quedé ojiplática, imagínese.
- ¿Y cómo es la otra mujer? ¿desde cuándo la tenía? ¿y se llevó todo? No puedo creer que haya desocupado la casa así no más de la noche a la mañana.
Que risa.
Ahí caigo en cuenta que ella pensaba que era mi marido el que me había desocupado la casa.
Yo hablaba de don Hugo el señor que tenía alquilada la casa de mi hija y como los dos se llaman Hugo, pues la confusión estaba en que yo hablaba de una cosa y ella entendía otra.
Cuando le aclaré lo que pasaba me va diciendo: tan boba, eso no es ninguna tragedia, yo pensé que era su marido que la había dejado por otra.
Pues para mi si es mucha tragedia tener la casa desocupada, aunque a lo mejor así se venda más rápido, que es la idea de ponerle aviso.
No podía de la risa, sé le olvidó las tristezas por las que estaba pasando en esos momentos, y todo el rato fue pura recocha.
Y ya ven, así empiezan los chismes.
Aunque en esta tragicomedia pasamos de la risa al llanto con una facilidad.
¿Qué tal están tus tragicomedias? ¿Alguna para compartir?
7 respuestas a «Tragicomedias»
Ja ja ja, bien decía Charlie Champlin, la vida es una tragedia en primer plano pero una comedia en plano general.
Es curioso como esas trajicomedias son situaciones que nos causan tanta tristeza, estrés, angustia y tensión en el momento mientras ocurren, terminan siendo historias que las contamos entre risas cuando ya pasaron los tiempos de calor.
Me he entretenido con tu lectura, muchas gracias y sigue así.
Hasta pronto
Marie
La vida es siempre así pasando de la tragedia a la comedia. La cuestión es pasarse más tiempo viéndola con una sonrisa que con una caja de pañuelos.
Un fuerte abrazo
Para risa la del hijo que fue a la cárcel por indocumentado… Verás como no se olvida nunca más de la cartera, aunque vaya corriendo a cualquier cosa. 😂
El incidente de la casa también hubiera sido para morirse de risa durante un par de semanas, si llegamos a estar allí para vivirlo. De momento nos toca reírnos de lejitos.
Vaya tragedia cuando la mujer de tu hijo se enteró que su marido estaba detenido, aunque imagino que esta “anécdota dará mucho juego para las reuniones familiares”, en las que las risas y sonrisas seguro que superaran al drama, a la tragedia.
Como dices Amparo, “las tragicomedias nos dejan grandes enseñanzas para la vida”, tu hijo no creo que vuelva a salir sin documentación ¡verdad! Si lo hace, sí que sería una tragicomedia 😉
Gracias por esta visión optimista y cómica de la vida.
¡Un abrazo!
Hola Amparo, lo importante como siempre es que al final todos esten bien y encima se llevan un aprendizaje porque la anécdota queda siempre y nos reímos como dicen aquí «a toro pasado». Mientras ocurrían los hechos a ninguno de los de alrededor les hacía gracia.
Que no te falte el humor a pesar de lo que ocurra!!.
Un abrazo
Ohhh por Dios, eso tuvo que ser un momento muy angustiante porque nada peor que pase una cosa de estas y no esté lejos para poder ayudar. Aunque por eso también es bueno tener contactos y familia cerca que nos ayude en estos casos, y bueno, también sirve para que tengamos en cuenta de no salir sin documentos la próxima vez jajaja
Enhorabuena por tu blog, se nota que te gusta, tiene unos post muy interesantes.