Una de las amigas que viene a jugar parques es adicta a las apuestas deportivas. Ella tiene que jugar a lo que sea, así sea al hoyo.
Cuando no juega dizque le hace falta, es un vicio que no puede controlar, eso se recorre los bingos, los casinos del pueblo y ahora anda visitando páginas web y todo.
Y eso que a la señora la tecnología la atropella y no sabe manejar mucho el computador, así y todo ella crea estrategias para apostar y de tanto en tanto saca buenos resultados por allí.
Y es que el juego no es que sea malo, lo malo es cuando somos dominados por él, de tal forma que no nos importa perder plata y tiempo. El dinero al fin y al cabo es algo pasajero, pero cuando se apuesta hasta la camisa, si es peligroso.
Y en cuanto al tiempo, pues bueno si dejas de estar con tu familia y viviendo el presente por estar jugando tan poco creo que sea muy positivo el asunto.
Se han visto casos donde la persona juega la casa y hasta a la mujer. Aunque de momento no he visto que la mujer juegue al hombre. Nosotras siempre llevando las de perder 😀
Y me he puesto a ver en estos días que las maquinitas en los casinos son un imán para muchas personas. No sé qué le verán a meter monedas por un huequito y esperar que se alineen tres figuras para que suelte plata.
Aunque eso debe ser lo emocionante ver caer una cantidad de monedas que no caben en las manos.
Ni se diga en los casinos de las grandes ciudades donde juegan toda clase de juegos como las cartas, la ruleta, dados y no sé que más, ya que nunca he visitado un sitio de estos, ni me llama la atención hacerlo. Si te soy sincera.
Imagino que debe ser como en las películas que la gente juega millones y millones y si no alcanza la plata juegan las propiedades y si se pierden las propiedades juegan hasta sus familiares más cercanos. ¡Que peligro cambiar de mano con un jugador empedernido a otro peor!
En cuando a juegos como el chance y las loterías que se juegan en Colombia son otro cuento, parecido en su cometido de desplumar a los incautos, pero que alegra el corazón cuando se gana algo.
Aunque en todos es difícil ganar en estos juegos, y lo curioso es que uno dice no juego y guardo el dinero, pero cuando no se juega tampoco resulta dinero para guardar. Parece ser que o juegas o tampoco ahorras. Es algo que he visto con los años en casa y con esta amiga en particular.
Cuando se gana algo lo único es que le devuelven el dinero juntico, se hace como un ahorro, pero a la final todo se ha invertido. Así que nos lavan el cerebro con que ganamos.
Porque eso sí, si ganar fuera tan fácil no habría pobres en el mundo y las casas chanceras estarían quebradas.
Pero en mi caso no me puedo quejar de que no gane, he ganado varios chances a lo largo de mi vida, y si no me pongo a hacer cuentas de lo invertido, pues la platica ha llegado en momentos de necesidad. Aunque dicen que el que juega por necesidad pierde por obligación, es como todo, nunca esta de mas una platica extra.
Mientras el vicio del juego no nos agarre y nos desesperemos por que un día no juguemos y nos martiricemos que si ese día no hicimos el número, caerá.
Porque eso es otro caso especial, cuando se tiene un numero casado, el día que no lo haces, ese día cae.
Casi nunca me gusta hacer un solo número, por lo regular hago todos los días diferente, dependiendo de lo que me sueñe y a veces a los dos o tres días cae el que hice antes, pero no me da tanto guayabao, por que no cae cuando los hago o caen con loterías que no juegan por aquí, como son tantas y solo juego con una o dos, así que si estoy de suerte, ella me busca.
Y mi amiga seguirá de momento jugando parques con nosotras y convirtiéndose en una persona habilidosa en esto de las apuestas deportivas por Internet, de lo cual te hablaré cuando sepa mucho más.
Tú qué dices: ¿Te gustan las puestas?
Imagen: Close up crooped shot of female hands using laptop de Wpadington en Shutterstock