Te voy a contar la historia de Anastacia y sus letras. Entre las calles de venecia hay una chica linda y símpatica que se llama Anastasia como uno de lo cuentos de los tantos que he leido. No sé de cual de ellos, pero el nombre es todo sonoro y la forma de la chica decirlo se oia todo bonito.
En una de la caminadas por las callejuelas de Venecia, íbamos mirando cosas y en todos los sitios nos deteníamos para ver detenidamente lo que nos llamara la atención.
Vmos una tienda de lencería parecida a una que había en Eslovenia, donde un chico era el que trabajaba a la entrada de su local, haciendo manteles, delantales y cosas para bebés, por eso nos pareció curioso al ver que había las mismas cosas que en el otro sitio, a tanta distancia los dos.
Nos acercamos a la ventana y a traves de ella había una chica bordando en una máquina de cóser lo más de rara. Muy sonriente nos saludo y se paró ahí mismo a hablarnos. Le preguntó a Diana su nombre, ella se lo dijo y al momento la vimos escribiéndolo en su maquina, en menos de un minuto lo había terminado.
Se paro y se lo ofreció como un obsequio. Toda amable, luego me preguntó mi nombre y ahí mismo se sentó y lo escribió al instante.
Anastacia tiene una habilidad para manejar su maquina que se queda uno ojiplastico con ella. Me entregó mi nombre y le pregunto a Jaime el suyo, Jaime apenas se reía y no se lo decía, me tocó a mi decírselo y al momento lo tenia escrito y se lo dio con una hermosa sonrisa y hablando así todo bonito como suena el italiano, enredado con el español.
Le entendimos algo así que era la forma de presentar su trabajo, pues en el reverso de la cartulina le coloca los datos del local. Así le hace propaganda a su negocio y uno queda con un regalo súper bonito.
Es gratis y ella lo hace sonriente y feliz de tener a quien dedicarle un ratico de su tiempo.
Nos fuimos muy contentos con nuestros nombres escritos y con el buen sabor de boca de encontrar personas tan agradables en el camino que nos hace más placentero el caminar e ir conociendo rincones que para muchos pasará inadvertidos.
Y como a mi me encanta toda clase de manualidades pues con mayor razón me entretenía mirando todo lo que fuera tejidos y cosas hechas por las personas que las trabajan en el mismo sitio donde tienen sus locales.
Una buena idea la de Anastasia, aparte de hacer sentir bien a los turistas le hace promoción a su negocio que es bien bonito.
Espero te hayan gustado las imágenes, tanto de los nombres que nos bordó, como de Anastacia, que tiene nombre de princesa y parece una 🙂
Si quieres saber dónde está ubicado el local de Anastacia, te dejo sus coordenadas: Ricami Veronica Salizada San Lio – 5413 Castello, Venezia –
En tus viajes: ¿Cuál ha sido el personaje más curioso que has conocido? ¿Has encontrado una Anastacia?
18 respuestas a «Anastacia y sus letras»
Hola Amparo!
Mientras te leía me iba imaginando la escena y, cuando he querido darme cuenta, estaba sonriendo como una tonta, jajaja.
Qué bonito encuentro con Anastasia! Durante mi viaje a Verona de hace cinco años también encontré un local en el que confeccionaban este tipo de bordados y la verdad es que queda súper lindo, ideal para tener un detale con alguien.
Ahora me has hecho pensar… Creo que la persona con la que me he encontrado viajando y de la que conservo un recuerdo muy agradable es Liz, una chica de Nueva Zelanda, que era la responsable del albergue de Edimburgo en el que me alojé el año pasado durante mi viaje a Escocia.
Liz es una chica muy dulce, sonriente y con una amabilidad impresionante. Recuerdo que el día que llegué a su albergue llovía y hacía un frío impresionante, lo que hizo que aún agradeciera más su hospitalidad al recibirme.
Es maravilloso encontrar a personas así por el camino porque hacen que el viaje bien merezca la pena (y la alegría).
Un fuerte abrazo desde Barcelona!
Ali
Es rico cuando se encuentra personas amables en el camino, yo siempre encuentro alguien que me hace mas placentero todo.
Tu fuiste una de ellas, en mi viaje.
Hola!! Qué bonita historia… Es verdad que cuando alguien ama su trabajo transmite ese buen rollo…esa buena onda que hace que te enamores de la persona, o del trabajo que hace.
Yo conocí a un hombre muy peculiar en Asturias. Su casa se encontraba escondida en un monte, de muy difícil acceso, y el hombre, amable y con toda su buena fe, nos invitó a ver su sótano. Allí tenía toda clase de máquinas, artilugios y bidones donde hacía y envasaba la sidra.
Nos hizo pasar un rato estupendo contando anecdotas, contando cómo y cuando recoge la uva (el tercer viernes de luna menguante…o una cosa así) y fue una de esas experiencias que como cuentas en tu post, no te esperas y te hacen recordar un viaje.
Esas personas son las que hacen que los viajes sean mas placenteros y se recuerden con cariño.
Amparo cuando uno visita lugares tan interesantes y emblemáticos como Venecia, es como imposible no prestarle atención a los detalles, y no solo se trata de enfocarse en los lugares, sino también en las personas que trasitan las mismas calles que estamos visitando y diferenciar quienes están allí por primera vez y a quienes se les hace cotidiano caminar lo que estamos caminando, a mi me encanta observar a las personas y me gusta mucho que le hayas dedicado un post a una chica que seguramente muchos la recuerdan tanto como recordar la Plaza San Marcos.
Anastacia representa perfectamente a esa persona que te trata amablemente en cualquier parte del mundo, la que te ofrece una ayuda o una sonrisa, la que te hace sentir cerca de casa así estés a cientos de kilómetros, esa persona creativa y sorprendente que siempre será parte de tus anécdotas viajeras.
Me alegra mucho que hayas estado en Venecia, que hayas conocido a Anastacia y que te hayas quedado con un poco de ella cuando te entregó tu nombre bordado, justo a ti que te gustan tanto las manualidades.
¡Un gran abrazo!
Si, fue un detalle muy bonito e inesperado, algo que se recuerda con una sonrisa.
Amparo,
De verdad no se si será tanta la casualidad… pero la ultima vez que mi hermana estuvo en Venezia, me ha traído un delantal con dos figurines de enamorados con mi apellido de casada. Las letras se ven identicas! Ya me voy volada a preguntarle si se acuerda de el nombre. Que mundo tan pequeño!
Seguro que fue donde Anastasia, seria mucha la casualidad, me cuentas si fue así.
Que buena experiencia, la verdad es que hay que tener los ojos abiertos porque en estos lugares uno encuentra personas maravillosas que te alegran el corazón, pero sobre todo hacen que el paseo sea más agradable.
A ver si nos encontramos más Anastacias en nuestros caminos 🙂
Siempre encontramos alguien especial, muchos dan así sea una sonrisa.
Hola guapa!! en las calles del centro de Granada hay otra tienda igual, claro que la chica que te atiende no se llama Anastasia. La gente se suele parar para ver como borda los trabajos más complicados en delantales, baberos y cualquier otra prenda peeeero la verdad es que no ha dado nunca un nombre bordado de regalo. Fue un gesto muy bonito y un bello recuerdo del viaje. Besos!!
De verdad que fue un detallazo con nosotros y guardo mi letra como algo muy especial.
Yo he visitado otras ciudades de Italia y también lo he visto. La verdad es que quedé muy sorprendida con la agilidad que manejan su máquina de coser y lo rápido que pueden bordar lo que tu quieras.
Y sí, me parece una idea genial regalar a los turistas su nombre bordado en un papel donde están plasmados sus datos de contacto. Yo todavía guardo el mío.
La verdad es que al leer tu artículo me ha venido a la memoria los momentos tan agradables que disfruté en aquel viaje. Gracias Amparo y un abrazo!
Que bueno que hayas disfrutado de esta experiencia, es algo que queda en la memoria para siempre.
Muy rara vez encontramos estos tesoros en la calle o en los lugares diferentes que visitamos. Esto es tener todo los sentidos abiertos y estar en la disposición de conectar con aquellos que no conocemos.
Un placer leerte.
Saludos.
Es verdad, muchas veces dejamos pasar personas que de una u otra forma nos podrían haber alegrado el rato.
¡Que bonita experiencia! La verdad es que en el mundo hay mucha más gente amable de la que imaginamos. Y no hace falta ir muy lejos. A la vuelta de la esquina de mi casa yo también encontré una «Anastasia» como la tuya. No bordaba; hacía unas pulseritas de lo más monas que te personalizaba con tus colores preferidos.
La verdad es que esa forma de publicidad es de lo más armoniosa 🙂
Genial que haya personas que van dejando un granito de arena para hacer que la vida sea más amable para los que tenemos la fortuna de encontrarlos en nuestro camino.