Mi hermana ya se parece a Jesucristo que cae una y otra vez, igual que él se levanta y cuando no puede sola ahí cirineos cerca que la ayudan, pero a la final siempre vuelve y cae.
Esta semana volvió a dar con su huesos en el suelo. Se aporreó en la frente, cerca de la ceja y como la sangre es tan escandalosa, los que la levantaron creyeron que había perdido el ojo ya que el sangrero no dejaba ver nada. Pero no, solo fue un raspón y la donada de sangre en el piso. Al parecer la contrataron para hacer huecos, pero el pavimento estaba muy compacto.
La noticia me la dio mi hermano. Quedamos que luego nos encontrábamos en la casa que él y su familia iba a verla, pero como estaba ocupada esperando al que no ha de llegar, pues llamé a ver qué había pasado y cómo estaba, pero nada que contestaba ella, ni la visita.
Pensé: «no friegue, me va a tocar bajar». Cuando al momento me devolvieron la llamada, eran ellas que estaban en la calle comprando algo para curarse. Al menos no fue nada grave si no no estarían callejeando, me dijo que ya pasaban por la casa, que todo estaba bien.
Cuando llegaron me imaginaba verla como un Santo- Cristo, pero no se le veía nada, la capul le tapaba la tronera y ahí mismo que cuenta como le pasó esta vez:
Según ella no se acuerda cómo se cayó, aunque no fue muy diferente a las anteriores, solo que ahora si se dio en la cara, de refilón, por poquito y no cuenta el cuento y el tema es que ni así le dio dolor de cabeza, aunque compró pastas por si acaso.
Tiene la cabeza más dura, una vez dizque un médico le dijo que si quería que le diera dolor de cabeza que se diera contra una pared. Pues resulta que un día se dio contra una, llegó con un chichón a la casa de Diana y allí todos preocupados le dijeron que se tomara una pastica para el dolor, pero ella les dijo que no le dolía nada.
– Cómo así con ese golpe le debe doler hasta el alma (le dijeron)
– Pues no, nunca me da dolor de cabeza, más raro. (Decía ella)
Pues si que es raro, si con esos trancazos no le duele, ya no le dolerá y el día que le duela será algo grave.
Ya con estas sobrepaso las caídas de Jesús, tocará espera a ver contra que más se piensa dar. Por ahí falta varios artefactos, esperando que no sean tan aparatosos como las anteriores, donde va dejando pedazos de carne y sangre por doquier.
Ahora la verdad es que no sé si reír o sentarme a llorar, porque eso se está volviendo ya muy repetitivo y no creo que sea algo bueno, porque a la final no son caídas bobas, aunque claro como gracias a Dios no le ha pasado nada grave, pues se ríe de ello como si nada, pero bien puede ser algo que sea necesario revisar. El problema es que convencerla para ir al médico es una misión imposible, tocará simplemente esperar y ver qué pasa 🙂