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Cosas que pasan

Consiguiendo casa en tiempo récord

Hace varios meses mi hijo estaba consiguiendo casa o mejor dicho buscando. Sin embargo, es complicado encontrar algo que se acomode a las necesidades del bolsillo, ubicación, espacio, comodidad, ect., siempre que se ve una vivienda cojea de una pata o de la otra, pero nunca se encuentra la casa perfecta.

Cuando estuve en Cali con Diana en días pasados, vimos varias, pero no se acomodaba a casi nada de lo que necesitábamos, entonces ella se fue y yo regresé a Sevilla y le dije a Víctor que si me necesitaba como fiadora y conseguía casa que me llamara yo iba y le firmaba.Buscando Casa

No me podía quedar a seguir buscando, es muy dispendioso y desgastante, además que buscar algo al gusto de otros es complicado.

Pues él siguió buscando y cada rato me llamaba a contarme que había visto una pero que muy lejos, otras que muy cariñosas, otras que pedían muchos papeles, una que por fin se la dejaban sin tantos perendengues, no tenia lavadero, pero que estaba hermosa y entonces yo le dije que eso sin lavadero no  le servia, aparte que sin patio, compartir los servicios con otros inquilinos, peor, era para problemas.

Entonces me dijo que me fuera con los papeles del negocio que porque si resultaba algo que estuviera ahí al pie, porque había visto una y que al rato que volvió a pasar ya la habían alquilado.

De nuevo me fui para Cali

Esta vez con la idea y la meta de  no solamente andar consiguiendo casa, sino encontrarla. Me fui un jueves al medio día, llegué como a las tres y media, mientras descansaba un momento, veía la novela, bajaba un poco el sol, salimos después de las 5 de la tarde, con unos datos que él nos había dado para mirar, cerca de donde vive.

Nos fuimos caminando, pasamos por una casa que tenia un cartelito que casi ni se veía, donde alquilaban el tercer piso y tenia escaleras de caracol, me pareció que por las escaleras era problema por la chica que ya anda de encargo y le han recomendado que sea una casa baja si acaso de segundo piso.

La dejamos pasar y seguimos para la dirección que llevábamos, solo se pudo anotar los teléfonos porque los apartamentos los enseñaba la inmobiliaria el sábado. Eso no me gusta porque con inmobiliaria es muy harto porque piden hasta la risa.

Por ahí no vimos ya nada y de regreso vimos afuera a la chica de la casa con escaleras de caracol y le preguntamos que en cuánto alquilaban el apartamento y que si lo podíamos ver, nos dijimos que nada perdíamos con verlo. La chica muy amable nos dijo que claro con mucho gusto ella nos lo mostraba, le pidió la llave  a su abuelita que es la propietaria y la señora  muy amable nos dijo que su nieta nos los enseñaría ya que ella no puede subir escaleras, esta confinada en la primera planta.

Subimos, lo vimos y nos gustó, yo me dije este es, esta que ni mandado a hacer: dos alcobas, sala-comedor amplio, baño bonito con iluminación propia, cocina, lavadero, forma de tender la ropa, ventilado, iluminado. Era apenas para ellos que están empezando.

Bajamos y le dije a la señora que si podíamos ir con mi hijo más tarde, que a nosotras nos había gustado pero como era para él, pues que él tenia que dar el visto bueno. Ella me dijo: «sí, no hay problema a la hora que quieran».

Por la noche que llegó mi hijo le dije: Le tengo la casa, vamos a verla. Fuimos todos, Alvaro y Lucena que estaban allí también nos acompañaron y les gustó. Pues de una le dijimos a la señora que qué papeles necesitaba y que si se los podía llevar al día siguiente.

Ella dijo que sí, pero que la hija era la que los revisaba y decía si aceptaba o no, que ya muchas persona habían ido y eran rechazados por una u otra causa, pero que le habíamos caído muy bien y le gustaría que la tomáramos nosotros. Sin embargo la hija era la que decía la última palabra.

Muy temprano al viernes le llevé los papales: carta de trabajo de Víctor, con fotocopia de la cédula, de mis documentos llevé la fotocopia de mi cédula y todos los papeles del negocio con impuesto incluidos, pero no le había sacado copia, así que le dije que me dijera de necesitaban para sacarle copia. Sin embargo había que esperar a que su hija los viera y los revisara esa misma noche.

Me fui y en la tarde salimos a seguir buscando a ver que más veíamos, al fin que no estábamos seguros de que nos fueran a dar este apartamento, por lo cual era mejor tener más opciones de donde escoger, pero ya todo lo que veíamos se opacaba por el ya visto. Nada se comparaba a este, pues todos eran feos, pequeños o en barrios alejados, aparte de caros y con muchos requisitos.

En uno hasta estratos bancarios me pedían como fiadora, jum, pensaba yo, con mis estratos no me dejan ni poner la A.

Por allá había uno grandecito, donde la señora muy amable quería que nos quedáramos haciéndole visita, pero era mas retirado y pedía además ¢200,000 de deposito, ¢50,000 más caro que el que teníamos en la mira y fiador con bienes raíces y no sé que cosa más.

Las únicas raíces que tengo serán las de las plantas de los pies, así que mas descorazonadas no podíamos estar. Tocaba esperar a ver qué nos decían de los papeles, sino fregados, porque la búsqueda esta siendo complicada.

Al sábado muy a las 8 estaba llamando para ver qué noticias habían. No aguanté la impaciencia por saber. Con lo lenta que es la gente se pueden tomar todo el tiempo del mundo, pero yo no tengo paciencia para esperar y lo que ha de ser que sea de una vez.

Me contestó la señora y me va diciendo:

– «Que pena pero mi hija aún no ha visto los documentos porque llegó muy tarde la noche anterior y apenas se estaba levantando»

– «ah, bueno entonces espero. es que quería saber  a que atenerme y si tengo que seguir buscando»

– «espere que mi hija quiere hablar con usted» me dice y me la pasó.

Muy amable la chica me saludo y de una me va diciendo que ella no ha tenido tiempo de mirar los papeles pero que a su mamá le caímos muy bien y quiere darnos el apartamento y termina diciéndome que le lleve el dinero y hable con ella.

Pues ni corta ni perezosa, le llevé el dinero, recibí la llave y quedamos para el lunes o martes firmar el contrato. De ahí en adelante fue limpiar el apartamento y esperar el primer trasteo que fue el de la chica que llegó a ver dónde iba quedar, ya sin reversa.

Trajo su juego de alcoba, televisor, estufa, olla arrocera, dos cacerolas, dos pocillos y su ropa. Con esto, allí amanecieron su primera noche

Al domingo íbamos a terminar de trastear, pero no contábamos con que en los condominios no dejan sacar trasteos los domingos y me imagino que ningún día si no están a paz y salvo con la administración. Así que a la tía le tocó mover sus influencias si quería que le desocuparan la pieza, pues logro que dejaran sacar las cositas de Víctor y él llego con: juego de alcoba, televisor y mucho revoltijo, pero ya había comprado la nevera, escritorio para el computador y un armario para el televisor y la ropa así como el escurridor con su jarra para el jugo, dos almohadas y los tarros para la basura.

Faltaba un tercer trasteo de donde los suegros de Diana, en donde estaban los cacharros para la cocina y un comedor que ellos le regalaron. Con todos estos implementos quedaron aperados, les pasaron la parabólica, se mercó y listos.

Les instalaron la estufa que era de gas con pipa a gas domiciliario, colocamos cortineros, la tía le presto las de la sala, la chica llevó las de la alcoba y nos quedaron faltando algunas… para más adelantico, como otras cositas necesarias pero no indispensables.

El tema es que terminaron consiguiendo casa en tiempo récord y si no es por este pecho, que se mueve cuando hay que moverse, ahí estarían todavía buscando. He dicho 🙂

¿Cómo te ha ido a ti buscando casa? ¿Has tenido suerte? ¿Necesitas ayuda?

Por Amparo Bonilla

Me considero una apasionada de la vida, soy alegre, optimista y siempre encuentro lo bueno de lo malo. Tengo una filosofía de vida que consiste en hacer lo que me gusta, cuando quiero hacerlo y sobre todo sonreír porque la vida serie es muy aburrida...

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