Les tocó a las pobres pasar por manos del cirujano para que no haya peligro de futuros gaticos y es que la Luna ya estaba muy saltarina y mirando a ver en que momento llegaba el gato con botas por ella. Eso no hacia sino acicalarse para que cuando llegara su Príncipe azul la encontrara impecable. Entonces antes de que nos saliera con su domingo 13, toco cortarle las alas.
Esterilizando a las gatas
Pensé que la esterilizada iba a ser más dramática, porque con la preparación ya queda uno como asustado, pues desde el día anterior no pueden comer ni beber nada, eso sí si cazan algo se les permite, pero nada de cuido, ni agua y aunque pensé que no iban a aguantar, la verdad es que las dos se portaron lo más de bien. Por ahí la Malu que parecía plañidera pidiendo su comida, pero moderadamente. Yo estaba esperando que se saliera de los chiros durante toda la noche y no, me sorprendieron.
En la mañana corrían a la coca a ver si se les echaba la comida y como queriendo decir, ¿Miren no hay nada, nos van a dejar morir de hambre? pero seguían jugando y hasta al jacal se meterieron solitas y de ahí para el hospital. Estuvieron todo el día fuera de casa.
Por la tarde cuando las trajimos, estaban aún turuletas, más Luna que Malu, porque esta llego brincado como si nada le doliera, mientras Luna estaba un poco renga y alicaida sin ánimos de nada, solo de estar echada durmiendo. Pobre mi Luna!!!
Al día siguiente, las dos amanecieron mucho más animadas y con ganas de seguir con sus correrias. Tienen una capacidad de recuperación increíble, hace más fuerza el velón que el dueño de la olla, uno cree que se lastiman y mentiras saltan como si nada.
Al menos de esta la libraron bien, era más la preocupación que otra cosa y como a la gata de la profe se le abrieron los puntos y estuvo algo delicada, pues yo me imaginaba a las de aquí con cosas peores, por eso [piopialo]hay que esperar que las cosas pasen para preocuparse[/piopialo]. Boté un poco de corriente preocupándome antes de tiempo y especulando, para que no pasara nada.
Estando fuera de casa y al cuidado de los dos hombres que quedan, sobrevivieron bien, aunque la Malú se quito los puntos y ya anda de callejera visitando los vecinos, a esa no le importa ir con las tripas al aire y la Luna dizque ya anda peleando con los gatos vecinos, mejor dicho más a tiempo no se les pudo quitar las ganas de volverme abuela. Al menos si hacen algo no se les notará y quedarán señoritas de por vida, espero que no para vestir santos, porque tampoco, quiero conocerles un novio, ojalá un gato con botas.