En estos días tuve varios visitantes inesperados. Muchas visitas, pero la que la que más me impacto fue la de la madrina de mi hijo. Hacía varios años se habían ido a vivir a otra ciudad, ella y su marido, el padrino, siempre andaban juntos, como eran solitos pues no se despegaban ni para miar. Por lo tanto al verla llegar sola, acompañada de la cuñada, me extrañó no verlo a él y le pregunté que dónde andaba y me va contestando que se fue de viaje. ¿Cómo así y eso que se fue solo, como es que no la llevó? «No podía, se murió«. me dice. ¿Qué? ¿Cómo así que se murió sin despedirse ni nada el muy ingrato?… Que risa. pues si no se despidió de nadie ni dijo nada, se fue así no más, le dio un infarto fulminante e inesperado. Que impresión, amaneció pero no anocheció. Esas son las muertes que lo dejan a uno de siquiatra por lo inesperado. Me imagino, aunque rico para el que se va, maluco para los que les toca el guarapazo, pero así es la vida nunca se sabe cuando se colgaran los guayos.
Pues impresionada si quedé, ya hacía un año de su muerte y yo haciéndolo vivo todavía. No hay derecho, nadie me dijo nada, aunque mejor, ya pasado todo, se ve mejor el panorama.
La viuda sin superar la perdida aún, más tranquila, tomando las cosas como deben ser y contando los sucesos como si le hubiera pasado a otra persona, pues ella prefiere hacer de cuenta que se fue para un largo viaje, donde algún día se reencontraran. Me parece genial esa actitud, más cuando nada se puede hacer para remediar lo pasado, solo recordar lo mejor de las personas y las cosas agradables que nos dejaron.
Había tanto para contar, aunque en general no haya pasado mayor cosa, en su caso, pues la muerte de compañero, en mi caso mis dos hijos por fuera de la casa, pero sin nietos aún. Esperando que se demoren mucho, la misma barca atravesando el rio, pues hasta el momento no me pasa nada que lamentar y si mucho de que alegrarme, por mis hijos que van realizando sus sueños y cada día vuelan más alto y mas lejos.
Otra que no me esperaba fue la visita de una de las promotoras en los tiempos en que vendia Ebel. Ahora venía con otro cuento y otro catalogo, diferente, pero parecido. Igual hay que convencer al cliente y hasta enfermarlo para que compre, pues se trata de medicina natural. Ahí como para no contradecir ni entrar en debates no dije que nada me parece natural, pues de todas formas algún conservante le deben echar para que dure. En fin que la deje decir todo su repertorio como para que practicara conmigo, para al final decirle que no me interesaba vender estos productos ni nada que tenga que ver con estresarme y vivir maluco.
Pues un poco desilusionada se fue, no creyó que le fuera a decir que no, luego de que tan atentamente la escuché y me parecia bien todo lo expuesto. Pero otra vez caer en estas redes lava-cerebros, no lo digo muy alto, porque el que escupe pa arriba en la cara le cae, pero por el momento no me veo de nuevo bregando con la gente.
De todas maneras fue muy grato verlas de nuevo y saber que se encuentran bien y los que no, mejor aún.
2 respuestas a «Visitas inesperadas»
Las partidas son difíciles pero me causa gracia es saber que no sabías lo que había pasado… Una cosa es no ser chismosa y otra estar en las nubes… A ver si bajas de vez en cuando 🙂
Pues bajé un poco tarde, pero me enteré.