Este año no fue el evento del empujado sino de los mojados, pues toda la tarde fue pasada por agua y San Pedro dijo que si los primeros se mojaron, pues le toca llover hasta que se acabe, porque no pueden ser unos secos y otros mojados, así que muy juicioso él se dedicó a tirarles aguita desde arriba así no se sabía si sudaban por el esfuerzo o por el agua llovida.
Y lo más curioso es que parecía que iba a escampar y cuando iban por los nuevos empujadores se largaba a llover otra vez duro, como quien dice al enemigo toda el agua que quiera. No estuvo tan divertido al no haber barras por cada grupo dándoles apoyo moral aunque fuera, pues con tanta agua solo se veía a los empujadores, del resto el publico lo que pudiera ver desde dentro de la casa, pero mojarse, ni por el chiras. Que falta de solidaridad.
Esta vez como que organizaron mejor este evento, pues pusieron un mismo carro para todos con un mismo chofer, los únicos diferentes eran los escuálidos empujadores, por que tampoco se vio ni un gordito empujando, todos eran meros esqueletos y al que llegara primero.
Justo finalizando el evento escampo, San Pedro si supo dosificar el agua esta vez, como se estaría riendo de estos flacuchentos, que al ver que no habían más candidatos les cerró el chorro del agua, pero se equivocó faltaba tres grupos que les toco solo el piso mojado, no se sabe si mejor así o peor, igual se veía desalentados.
Al menos escampó para la cabalgata porque ahí si no creo que las reinas se fueran a mojar, se les hincha el pelo y los caballitos se despeinan. Aparte de que se les moja los aparejos y así debe ser bien maluco montarlos, aparte de que los jinetes beben como cosacos, se les puede aguar el aguardiente, se vuelven más peligrosos que un chocolate crudo. Al menos yo prefiero no estar cerca para verlos pasar, me da rasquilla cuando empiezan esos caballos a encabritarse y a recular, una patada de estos bichos no es nada agradable.
Cada que hay cabalgatas siempre me pregunto de donde salen tantos caballos y tanto jinetes, pero deberían de llevarle la bolsita para sus escrementos a si como con los perros, porque después no queda sino el mal olor de caca de caballo, apelmazado con agua queda como para repellar paredes, menos mal que sigue cayendo aguita para que barra todo ese mierdero.