Hoy que llegamos al estadio vimos entrar a dos policías. Nada raro me pareció, pues pensé que iban a mirar. Y sí estaban mirando, pues vieron a un chico sospechoso y llegó más policías y lo cogieron para requisarlo. Y como cosa rara uno con ganas de saber el chisme, pero sin demostrar mucho que se quería saber. Así como sin querer queriendo, mirando disimuladamente y especulando que si lo sacan con esposas es que le encontraron algo, sino lo tendrán que soltar. Entonces ya mas tranquilas seguimos caminando y a esperar a ver cómo lo veíamos pasar.
Alcanzamos a dar la vuelta, cuando pasaban con el chico esposado. Seguro le encontraron su guardadito y los otros policías esculcaron el estadio y como que encontraron varias cositas por ahí regadas. Según parecía el chico llevaba los encargos y los dejaba en partes estratégicas y luego entraban como a trotar y disimuladamente sacaban lo que les hubieran dejado, mientras otros miraban a lo lejos que todo saliera bien.
Al parecer alguien le dio el pitazo a la policía, pues no creo que se la olieran, con lo brutos que son. Voy diciendo eso, porque tiendo a decir lo que pienso. Cuando me contesta la vecina «gracias por lo que le toca a mi hijo». Que risa, no me acordaba que un hijo de ella era policía. Bueno algunos son un poquito más inteligentes, espero que su hijo este en ese poquito… jajjaa Como que seguía metiendo la pata. En fin, como sea es raro que llegaran justo al chico que era, habiendo tantos allá trotando. Eso fue aventado, ya lo tenían en la mira y no le dieron tiempo a deshacerse de la mercancía y los cómplices se quedaron viendo un chispero y como se les evaporaba el polvito del día. Seguramente su dosis personal.
Lo sacaron con las manos atrás y custodiado por varios policías, como si fuera un peligroso criminal y a lo mejor no se equivocaban, pues empepados pueden convertirse en personajes muy siniestros y sin escrúpulos, que hacen cualquier cosa. Al estar en las nubes no sienten miedo de nada.
En los días siguientes, hemos seguido teniendo protección policial y los chicos que iban al estadio por su dosis, no han vuelto. Ahí es donde se cae en cuenta de que si estaban por otra cosa aparte de ejercitar el cuerpo. Que peligro. Veremos a ver hasta cuándo vuelven con sus andadas o la policía se cansa de mandar a los custodios a mirar.