Me contó la amiga de patoneada, una historia de la vida real, que parece de telenovela. Resulta que había una pobre viejecita que vivía con un nieto, al parecer la madre se lo dejó al cuidado y nunca más lo volvió a reclamarlo, entonces la señora esta trabajaba para mantenerlo y el muchacho este era todo repelente y la trataba como a un trapero viejo.
Pero ella todo lo soportaba y lo disculpaba y cuando la policía lo cogía para pagar servicio, ella lo defendía diciendo que era su único sustento, que el pelado veía por ella y entonces no se lo llevaban.
La señora trabajaba en varias casas de familia, mientras el parasito se quedaba en la casa de parranda con sus amigos, como no falta los vecinos metiches que se dieron cuenta de que el chico este maltrataba ala señora, que cuando no le gustaba la comida que le hacía se la tiraba a los pies y la obligaba a prepararle otra cosa, pues que lo denunciaron con la policía y en una de esas que la señora salió a trabajar llegó la tomba a ver qué pasaba en esa casa y que encuentran al mozalbete de francachuela y comilona con sus amigotes y sus novias, entonces que lo interrogan que dónde estaba la abuela y él les dice que fue a hacer un mandadito. Cómo así y por qué no lo hace usted, ah es que a ella le gusta salir a tomar el sol, pues que se lo van a llevar y el muy caripelado les dice que no se lo pueden llevar porque él es el que mantiene ala viejita y no la puede dejar solita ¿Si? pues vamos por su abuela donde está haciendo el mandado a ver que nos dice y lo llevaron a la casa donde estaba trabajando.
Con que haciendo mandados ¡no? Vergüenza le debería dar, nos lo llevamos con sus amigos de una vez, Ahi no por favor les pedía la viejita no se lo lleven, él es mi sustento, no diga mentiras abuela y deje de alcahuetearle que antes le está haciendo un mal, al paso que va la saldrá matando el día menos pensado, así que nos lo llevamos y más adelante lo agradecerá. Salieron ganando, pues recogieron a los amigotes y también se los llevaron.
Como a los tres meses, que regresaba de trabajar encontró su casa reluciente, tanto que pensó que se había equivocado de casa, pero no, era su nieto que había venido de permiso y había dado un cambio total, cuando llegó la viejita que le tenía comida hecha, la casa arreglada y de unos amores que no se reconocía a la sanjiguela que se había ido meses antes.
Estar lejos de casa le sirvió para apreciar la comidita que la abuela le hacia y que el despreciaba, lo mismo que el cariño que ella le brindaba desinteresadamente, llegó hecho una sedita, lo que puso muy feliz a la abuela. Pero pocos días después ella murió y el chico no cabia del remordimiento por lo mal que se portó con la anciana, pero le quedó el consuelo de que ella vio el cambio y al menos quedó encaminado, mientras que si seguía como iba, muriendo ella, quedaba a la deriva. Así que muy a tiempo le hicieron el favor de llevarlo por buen camino.
Muchas veces nosotras mismas nos dejamos cegar por el cariño hacia los chicos y les hacemos un mal, en vez de hacerles un bien, así que mano dura es lo que les hace falta algunas veces, aprenden por las buenas o por las malas.