Como su nombre lo dice, bien merecido se lo tiene, allí le hacen a uno el tumbos, lo que quiere decir que «nos tumbaron». El tumbis está vez nos tocó en lo deportivo, pues esperábamos una competencia bien armada y solo nos tocó pocos equipos, malos árbitros y varios personajes que no sabían mucho del tema del balón mano. Con decir que sé más yo, que nada sé.

Y los organizadores muy mal organizados. Claro que era su primera vez, pero me parece que no habrá segunda. Pocas ganas deben de quedarles al ver el desbarajuste que se estaba armando, por poquito y linchan a los árbitros. Al menos los de Colombia estaban que los cogían a pata, porque una cosa es perder por ser malos y otra perder por los malos árbitros.
Al menos los muchachos ganaron, que sino, no sé qué hubiera pasado. Los árbitros tendrían que haber pagado escondedero a peso y las chicas eran las menos malas. Que sequía de goles, si ellas eran malas las otras eran perversas, pero al menos se tiene la excusa de que eran menos. Habían dos lesionadas, no tenían cambios, mientras que las otras rozagantes y con gente de sobra para dar y convidar, daría pena que no hubieran ganado, con ventaja y alevosía cualquiera.
En resumidas cuentas nos dimos el paseo. Se trajo un trofeo y más experiencias. En cada salida se aprende algo, pero siempre se comenten los mismos errores, por más que se les diga a los muchachos de los papeles, que los saquen con tiempo, no aprenden. Todo lo dejan para última hora y no falta el que tenga que pasar como yo, invisible. El problema es que algún día se les acabará la suerte y se podrían meter en un rollo el macho. Igual pasa con el dinero, no sé porque dejan para entregarle la plata en la terminal, exponiendo al entrenador que esté a la vista de todo el mundo viendo como recibe el dinero. Qué les cuesta entregar la plata un día antes, asi se puede organizar mejor y saber con que se cuenta y con que no. Pero eso tampoco lo han podido asimilar, les cuesta mucho ser un poquito ordenados y ayudar a que las cosas sean más fáciles.
De mero milagro salen bien librados en estas salidas con tanta desorganización. Los padres de familias que son los más interesados deberian ser los que estén pendientes de que sus hijos vayan con todas las garantias de seguridad y no así a la deriva. No se ponen a pensar que les llegaría a pasar a sus muchachos si a la policía le da por fregar al entrenador y retenerlo por pasar personas sin todos los documentos. Quedan los pelados a la deriva y en paises extraños. Se me hace que poco les importa sus hijos para mandarlos a la mano de Dios, confian mucho en una sola persona, pero resulta que no siempre caza el tigre.