Cosas irónicas dentro de lo trágicas que son, pasan y seguirán pasando. Como por ejemplo, hay un accidente donde un señor mata a una niña de 6 años, deja herida a la madre y huye del lugar del accidente sin prestarle los primeros auxilios y muy campante se entrega horas después a la justicia. No, pues que belleza le quedaron debiendo antes al tipo este. Qué lujo de ciudadano, ejemplar, por poco y le hacen un monumento. Se entrega y la justicia lo deja libre porque a esa altura no tenia pruebas de alcoholemia y a quien carajo le importa si estaba borracho o no. El caso es que en el accidente mató a una niña, dejó herida a la madre y se dio a la fuga. Hechos más que suficientes para estar en la cárcel. Pero no, andan enredados en minucias, mientras que el tipo goza de plena libertas. Qué rabia y qué impotencia.
Paradójicamente una perrita mata a un niño de dos años al querer el niño cogerle uno de su hijitos, desafortunadamente la perrita no puede hablar para decirle al infante que le deje a sus cachorros en paz. ¿Quién tiene la culpa en este caso? Me imagino que los padres o los mayores que estuvieran con el niño en ese momento y se descuidaron. El niño inocente tampoco sabe que a una perra amamantando no se le debe acercar, por que ellos reaccionan de mala manera: Así estén comiendo, a un animal no se le debe acercar uno a quitarle su comida porque el mordisco que manda es mucho. Ahora mucho mas cuando se trata de sus hijos que los cree en peligro. A la perrita la tienen confinada con sus perros, y la «justicia» está examinando y esperando el veredicto para saber cómo proceder con ella.
Lo que me parece extravagante en estos dos casos es que a la perrita si la quieren ajusticiar dándole la pena de muerte, como si ella lo hubiera hecho con alevosía y ventaja. Mientras que al señor que mató e hirió a dos personas con todos sus sentidos puestos, por muy borracho que estuviera, sabia lo que hacia, a no ser que su carro hubiera fallado, cosa que no creo, porque si pudo huir del lugar de los hechos, no tiene justificación. Pero él sí está libre y nadie pide pena de muerte por lo que hizo. Además, la justicia ande enredada sin saber si castigarle o premiarlo por haberse entregado. Ya los maleantes están pensando que es mucho mejor huir y luego entregarse, pues así hasta premios reciben.