Esta semana se murió un señor que era la primera vez que lo hacía. Creo que le supo a leche de perra, pues a sus parientes y amigos les tocó andar con su cuerpo por todas partes, tratando de conseguir el dinero que el cura exigía para la misa y sepultarlo. Es que eso de morirse es sólo para los ricos, los pobres, arrancados, no tenemos ese derecho. Si no estamos con una aseguradora. Porque como siempre la pelona llega sin avisar, nadie está preparado para eso económicamente.
Ahí es donde uno se pregunta dónde esta la caridad de estos Ministros de Dios, que se supone deben de tener piedad con los pobres y desamparados,. Pero no, que va, al pobre le llueve de arriba y aquí abajo los rematan, pero el cura si quedó muy mal parado con sus feligreses que lo vieron como era en realidad. Un mercenario que no tiene cabida en su corazón para hace una obra de caridad ¿Si no son ellos entonces quien? Estamos fregados y la fe está mandada a recoger.
Ni idea si ya pudieron enterrar al pobre o si siguen por ahí pidiendo para sepultarlo. El cuento me llegó a medias y sin zapatos. Lo único es que parece ser que el cura se va quedar con menos lambaladrillos, pues ya se dieron cuenta que no vale llenarle los bolsillos de plata a estos señores. Si a la hora de la verdad, cuando se necesita que se desprenda de algo que ni les ha costado, son los más tacaños y duros de corazón.
Actualización: debido a que hubo presencia de cámaras, el cura accedió a darle sepultura por la plata que la familia logró conseguir. No si antes humillarlos diciéndoles que así como conseguían plata para el vicio, también debían de tener para las exequias. Menos mal que poco voy a misa y con estos curas chupasangres si que menos ganas dan de ir. Por lo tanto, a metros de estos langarutos sin corazón, pero para pedir lo tienen grande, en cada misa es la cantaleta de que se desprendan de los bienes materiales si quieren entrar al cielo. Pues por allá no caben con un carro, moto, casa o todos los bienes terrenales que solo nos atan en la tierra y no nos dejan movernos con soltura. Pero eso no se lo aplica para él mismo, pues parece que ellos si pueden entrar con su carros últimos modelos, con las sotanas elegantes y toda la cantidad de joyas que se colocan. Definitivamente, el problema de las roscas es no estar en ellas.