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Cosas que pasan

Desencartada

Hoy paso la señora que había quedado en embarazo cuando menos se lo esperaba. La vi menos hinchada y le pregunté que si ya  se había  librado del pereque, pero yo lo decía en  el sentido de que ya había tenido a los bebes. Me dijo que ya regresaba para contarme, pues en ese momento iba de afán.
Al rato llegó y me contó que había perdido a los dos niños que iba a tener. Se le murieron antes de nacer. Cosa más rara y en el hospital ni siquiera se los entregaron para que los enterraran, que ellos se hacían cargo del entierro, pues habían nacido en medio de la sangre y ella quedó medio desbaratada pues no puede casi ni caminar. Parece que la tendrán que operar.
Viendo las cosas que se ven, me parece que los peladitos se arrepintieron de haberla escogido como madre y mejor recularon antes de que fuera demasiado tarde para ellos. No vieron ningún futuro promisorio en medio de la pobreza en que iban a caer y  la clase de padres que les tocaría, pues como ya les había contando en alguna ocasión esta señora había regalado a todos sus hijos anteriores. Nunca supo lo que era ser madre y llegarle este regalito cuando ya estaba pensionada y curada de la pena, con sus hijos que aunque no quieran saber de ella ya grandes y criados, viviendo en una situación económica bien maluca, apenas medio sobreviven, para traer dos bocas más… tenaz.
Hasta ella misma decía: «Dios sabe como hace sus cosas, no eran para este mundo» – Pues si, le dije yo – para lo que hay para ver, creo que cualquiera se arrepiente de llegar a este planeta y a ustedes les hicieron un favor, ya no están en edad de lidiar con dos chinos al mismo tiempo, – pues si y bien enferma que mantengo y ahora me dejaron peor, – pues de milagro no se la llevaron, – sí, eso dijo el médico que por poco y me da preeclampsia  ahí si no había quedado para contar el cuento, ahora me toca esperar  a que me operen de la columna, pues quedé resentida. Jum, que miedo.
Así que de esta forma terminó el descache de esta señora. Creo que no me da tristeza, al contrario siento un fresquito, pues la verdad que si las veía negras para estas dos criaturitas.
Y esta semana una pareja llegó al negocio con un niño y se desencartaron de él dejándolo aquí dizque «una horita» y pasaron las horas y nada que llegaban por el chino. Como que se les pasó el tiempo y no se acordaron que dejaron al peladito con el encargo de que no lo dejara ir si ellos no lo reclamaban. Pero como yo tenía que salir ni modo que lo dejara con la mata de amabilidad, así que lo llevé a su casa y allí lo deje. Si fueron por él o no, ni idea, yo cumplí con desercartarme de él también.

Por Amparo Bonilla

Me considero una apasionada de la vida, soy alegre, optimista y siempre encuentro lo bueno de lo malo. Tengo una filosofía de vida que consiste en hacer lo que me gusta, cuando quiero hacerlo y sobre todo sonreír porque la vida serie es muy aburrida...

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