Los pequeños detalles que enamoran son aquellos que aparentemente no tienen ningún valor, pero son los que hacen latir el corazón. Y cuando el que da ve que la persona que recibe el detalle muestra alegría, eso nos llena de una felicidad, pues creemos que la otra persona es feliz con las muestras de amor que damos, asi sea una banana.
Nada más deprimente que regalemos algo y la persona que la reciba ni bolas le pare. Nisiquiera por decencia se dan las gracias, así no nos llame la atención los detalles, pero si alguien nos regala algo es porque le importamos, y piensa en nosotros en el momento en que compró alguna cosa.
La mayoría de parejas se llenan de detalles en el noviazgo o cuando están conquistando, ya cuando empiezan a convivir se les olvida que hay que regar la matica todos los días con pequeños detalles para que no se muera la flor y no hay necesidad de gastar dinerales, una frase amable, una sonrisa, un beso, no quitan nada, pero llena el corazón de cosas bonitas y hacen que cada día se enamoren más.
Pero si uno de los dos es bien simple y al otro le gusta regalar detalles, la frialdad del otro hace que se vuelva frío también, y ya las fechas importantes, no importen. Por lo tanto se va cayendo en la monotonía, donde todos los días son iguales y por eso cuando alguien más está mirando que descuidado esta el jardín,
es donde vienen los jardineros a echar aguita a la matica y se reviven las pasiones, pero con otro (a).
Así que aprendamos a tener detalles con las personas que nos rodean, pues nunca se sabe si estemos mucho o poco tiempo con ellas y por muy mal que estemos de dinero, una palabra, un gesto, un abrazo no cuesta nada, en cambio si podemos dar un rato de alegría.