El domingo pasado amanecí con ganas de pasar un domingo diferente y vaya que lo logre. Me dio por llamar a saludar a mis amistades y entre ellas a mi cuñada y charlando le pregunté que si ya había hecho el almuerzo me dijo que si algo sencillo pero que si quería fuera a almorzar y como no tenia nada más que hacer pues que le acepte la invitación y me fui para donde ella a almorzar. Cuando llegue estaba toda apurada arreglándose para salir pues la habían acabado de llamar a decirle que su hermana estaba grave y tenían que llevarla al hospital.
«Que pena estuve marcando para decirle que no viniera y nadie me contesto«, me dijo, ah pues seguro no había nadie y yo en camino, pero no hay problema vamos la acompaño.
Y que nos fuimos de una para donde la hermana y que ya la otra la había llevado al hospital, entonces nos fuimos para el hospital, el paseo que más me gusta, pero ni modo de sacar el rabo y llegamos a sentarnos como unas bobas afuera porque ni siquiera dejan entrar, pero ahí se da cuenta uno de cosas malucas, pues nada bueno pasa por un hospital.
Que llegan con un herido de moto y al rato llega su familia y resulta que es un primo de mi marido el herido, sin querer queriendo estuve representando a la familia en esta calamidad y de milagro que no lo mate cuando tres niños llegaron todos angustiados preguntando por su papá, hasta yo misma me oí rara cuando los consolé diciéndoles que no le había pasado nada grave a su papá, que solo estaba algo estropeado, pero no mucho, lo mismo a sus hermanos que todos angustiados estaban, «no se preocupen que está bien, no le pasó mayor cosa, al menos en el exterior, otra cosa es si tiene algún derrame interno, pues si eso es lo más grave» y ahí empiezan a sacar relatos de personas que aparentemente no tienen nada y se mueren mas rápido que los que si están mas allá que acá, «ah pero tengan fe que ese no es este caso».
Eso se ve sino tristezas, madres con niños pequeñitos todas apuradas, pues alguna fiebre o quien sabe que tendrán los angelitos, llegan allí, algunos hijos con sus padres, hermanos, ahí se da uno cuenta de que la gente si se enferma o los enferman.
Al fin se calmaron pues aparentemente solo estaba algo golpeado y al rato salió la hermana y entro mi cuñada, la tenían entubada con suero y le estaban haciendo mas exámenes, así que la cosa iba de tiro largo y sin esperanzas de salir pronto, pues que allá se quedó con ella, y nos vinimos que para ir a almorzar y yo le dije «no mija yo me quedo en mi casa no me voy pegar esa patoneada, ya hasta ampollas me salieron», «ah y el almuerzo entonces», «no pues será para otro día, no hay problem.»
Y yo me fui toda juiciosa a hacer lo que debía haber hecho hace rato y dejar de tratar de pasar un domingo diferente, que casi me sale caro, eso de estar cerca del hospital es peligroso.