A veces parece ser que tengo un poquito de poder de convencer a las personas de cosas que o me convienen a mi o para beneficio de todos.
Como fue el convencer al chófer del bus que nos llevara hasta Copacabana, pues de Medellín hasta allá era más de una hora. Llegando a Medellín nos demoramos casi tres horas más de las que se suponía. Cuando él estaba que no daba pie con bola, cansado, nos dice que nos deja allí, que no nos podía llevar hasta nuestro destino, pues había muchos trancones, además que no conocía Copacabana. Entonces le dije: «pero si ese no es problema, nosotros tampoco conocemos, así que nos podemos perder juntos», «No, yo por allá no alcanzo a ir», decía. «Pero cómo nos va dejar por ahí tirados con todas esas maletas y los chicos también están cansados, además allá nos espera comidita caliente». No estaba duro de convencer, ya me estaba convenciendo de que nos tocaría toda una odisea llegar allá y hasta dormida me quedé. Cuando menos acordé estaba preguntando cómo llegar a Copacabana, casi que salto de alegría, pero me hice la desentendida y le dieron las indicaciones para seguir. Cuando ve que había un peaje, «no yo no voy a pagar peajes, bájense por aquí», «no se preocupe por eso, nosotros le pagamos el peaje» ¿y el de venida?. También.
Bueno, se apaciguo un poco y seguimos el camino, llegamos a Copacabana y cuando ya creía que habíamos finalizado el viaje, pues no, se nos monto el guía de allí y le indicó el camino hasta la sede, que eran unas lomas bien empinadas. Me imaginaba que iba más contento con tantas vueltas y revueltas, pero al fin llegamos y efectivamente nos esperaba unas rica comida calientica. Así que todos nos bajamos, nos sentamos a comer, pues no habíamos almorzado, así que teníamos un hambre que nos podíamos comer un caballo.
Los invite a que se sentaran a comer con nosotros y al fin se fueron contentos, el ayudante y el chófer del bus. Les dije que si se les debía algo mas por habernos llevado hasta allí y dijo que no, así estaba bien. Más lindos, que detalle.
Y así por el estilo algunas otras cositas de convencimiento toca emplear para que la platica se estire y no se malgaste sin necesidad, por que estos chicos son de un despilfarro que da miedo.