Eso se aplica también al fútbol, al balón mano, a todo lo que sea meter goles y ahora tengo una nueva modalidad como es meter un gol cuando se gana una rifa sin estar muy clara la cosa.
Al menos para mi nada claro está el hecho de hacerse una rifa y que al momento de entregar talonarios y plata, no se entreguen todos los números que no jugaron y tarde en la noche se coloque un aviso por Facebook, cuando ya hace rato se conoce el número ganador, diciendo que se vendieron un poco de boletas cuando al momento de entregar no se hizo y ¡oh casualidad entre estos números estaba la ganadora!.
¿De quien es la culpa? pues del que hace la rifa y se deja meter un gol tan pendejo, al no reclamar las boletas sobrantes, a quien se le ocurre dejar números volando sin pagar y sin advertir previamente que no aceptaría reclamos en caso de estar la boleta ganadora o que previamente se le haya dicho que se tiene boletas en juego y que luego se las pagan o algo, al menos que se estuviera advertido, pero no llegar luego con la sorpresita de que se las pagaron a otra persona ni siquiera al vendedor directamente y el chico recibir el dinero y no llamar a avisar que hay más boletas en juego.
¿Y a quien se le puede hacer el reclamo en este caso si todos se lavan las manos como pilatos?, el caso es que la única medio inocente es la ganadora, si es que no hubo complot para reclamar el premio, pues se supone que cuando se compra una rifa se debe pagar a tiempo, no cuando se nos da la gana y que culpa si el que vendió la rifa recibe la plata, pues ahí mismo que no hay derecho de protestar.
A ver si estos casos sirven de experiencias para futuras actividades y dejan la pereza y hacen las cosas como se deben, no como les da a cada uno la gana de hacerlas y por ende al que las programe deje la tranquilidad y se pone los pantalones para hacer valer las cosas como son y en el momento que es, sino le seguirán metiendo goles no solo en la cancha sino en todo lo que se proponga hacer, así se darán cuenta que las cosas son serias y que los errores se pagan con plata, igual a los despistados que dejan las maletas a la buena de que los demás se las cuiden.