Buscando una dirección nos fuimos con un mapa de guía y claro yo encabecé la excursión. Lo chistoso es que la gente aún me tiene fe, pero es que se veía tan fácil y sencillo que no le veía pérdida alguna a seguir las indicaciones. Así que nos fuimos para la excursión a pie, solo 20 minutos, nos dijo el que escribió el mapa, ah, para tan poco tiempo no vale la pena pagar carrera de taxi, así que nos vamos a pie y de una vez hacemos algo de ejercicio les dije yo. Al fin que iba con zapatos bajitos y cómodos.
Así que íbamos muy orundos siguiendo el mapa, que según el guía había que seguir una loma, luego de una empresa que decía carvajal, pues que subimos la loma, llegamos casi con la lengua afuera por que empinada si estaba. Lo bueno fue que aprovechamos un momento de sombra para llegar al alto. Seguimos la flecha, se nos acabó el camino y entonces decidimos llamar a las personas para donde íbamos para que nos dijeran el número de la casa, pues suponíamos que estaba cerca, ya no había más camino para recorrer. El tesoro estaba cerca y nos sentíamos orgullosos de haberlo logrado, cuando del otro lado nos bajan de la nube, pues resulta que no era esa la loma la que debíamos haber subido, sino otra más abajo. Ah, juemadre, luego de esa caminada la sed nos agobiaba, había una tienda y les gasté paletas de agua que nos cayó como pedrada en ojo tuerto. Qué delicia y nos devolvimos admirando el paisaje que se alcanzaba a ver desde allá. Hermoso, solo por eso valió la pena subir.
Entonces para hacer más llevadero el desliz de ser mala guía, les dije que miraran el lado amable, sino fuera por esa equivocación, nunca hubiéramos subido a chupar paletas ricas allá arriba y nos hubiéramos perdido de ver ese panorama espectacular. «Pues si», dijeron «es verdad», el niño que iba con nosotros al ver que regresábamos por el mismo camino, nos va diciendo que si estábamos perdidos, «no que va, aún vamos los mismos, sólo estábamos conociendo», jajajja, que risa, lo tomamos a recocha y a continuar el mapa. Ahora si, poniéndole cuidado, estaba bien especificado, yo fui la que me salte un paso y los otros lentejos que no ponen cuidado.
Continuamos sin novedad pero lejos sí estaba, yo creo que 20 minutos se demorarían en carro, a pie y con las embolatadas mías nos gastamos más de una hora en llegar, nos estaban esperando un familiar en la parte de abajo, antes de subir otra loma empinada al menos nos tenían juguito y almuerzo. No nos fue tan mal y al regreso si pagamos carrera, pues se me revelaron en volver por el mismo camino. No vaya a ser que los hiciera subir otra loma, por poco y pierdo la confianza depositada.
Espero que se les olvide para próximas excursiones, por lo regular me pierdo sola, pero en grupo es más divertido.
2 respuestas a «Con un mapa de guía»
jajaja Amparo! Me imagino la caminada, pero también me imagino lo rico que les cayó el helado 🙂
A eso si, el helado supo a gloria.