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Cosas que pasan

El tubo, tuvo la culpa

Como la propaganda: «el tubo, tuvo la culpa» de que casi se me inundara la casa,. Parece ser que cuando quiero hacer limpieza, algo pasa y esta semana no fue la excepción.

Limpiando los velones de la bodega, uno se cayó justo encima de un tubo de agua y lo desempató, pues el susto que me lleve al ver este desastre y sin saber de dónde venía el daño.

Por fortuna, como en el juego de Binguez estaba el hombre de la casa y se puso trucha y manos a la obra.

Sin embargo, resulta que no había llave de cambio para cerrar, así que por poco nadamos.

Tocó llamar a mi hermano que hace de plomero y tampoco pudo hacer mayor cosa, pues mientras no se cierre el registro y siga pasando el agua nada se puede hacer.

Para colmo, fin de semana con festivo a bordo, la embarrada. La casa quedó la mitad con agua y la otra mitad sin ella, al menos no quedamos del totazo damnificados, aunque una cosa es cierta, al menos el daño sirvió para que arreglen el registro que por perecita no se había hecho.

Qué cosas tiene la vida, cuando pasan estas situaciones es que uno se acuerdan de que hay que arreglar lo que está dañado.

Por Amparo Bonilla

Me considero una apasionada de la vida, soy alegre, optimista y siempre encuentro lo bueno de lo malo. Tengo una filosofía de vida que consiste en hacer lo que me gusta, cuando quiero hacerlo y sobre todo sonreír porque la vida serie es muy aburrida...

9 respuestas a «El tubo, tuvo la culpa»

Ush que mala suerte! Pero bueno, ya ves, no hay mal que por bien no venga! Pero habrá sido un enchastre eso, algo similar pasó en mi casa, pero con solo cerrar la llave de paso se solucionó.
Saludos!

Que situación tener la casa a la mitad inundada. Me ha pasado una vez – por culpa del tubo obviamente – y no te imaginas cuanto he podido limpiar el piso hasta en rincones de la casa que ni conocí, y todo esto a las 5 de la mañana. Espero que fue mas liviana la experiencia!

Hola Ámparo linda,
tienes toda la razón, muchas veces no nos damos cuenta del daño, el malestar o la rotura hasta que no pasa algo que nos hace verlo inevitablemente.
Son cosas de la vida, señales para que ¡chas! despiertes. Jaja así los llamo yo, al menos.
Me encanta leerte, algún día espero no sólo leerte con mi café sino, escuchar alguna de tus anécdotas en persona.
Un abrazote!

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