Parece que ya ni en las puertas ni ventanas se podrá colocar algún adorno llamativo. Gracias a los dueños de lo ajeno. Hoy amanecieron los vecinos quejándose, que los habían desvalijado de sus adornos de las rejas de las ventanas y puertas, unas chapitas de bronce, creo. Puede ser que en la oscuridad lo confundieron con oro, nunca se sabe, pensaron que habían encontrado el dorado.
Pero aparte de la desvalijada, el susto que se llevaron estas personas, al sentir el ruido que hacían y solas, porque no estaba el señor de la casa, solo mujeres, miedosas, quien no, de asomarse a ver que estaban haciendo, afuera, escarbando en su ventana y puerta, que susto.
Averigüe si es que esas cositas valian mucho. Que va, es más el trabajo de quitarlas, que lo que le puedan dar por ellas, es más por hacer el daño, que el beneficio que puedan obtener.
Se pegan hasta de un mojado. Estoy preocupada por el charco que se hace frente a mi casa, que tal que un día amanezca sin él, jajaaja. Nunca se sabe, a lo mejor piensen que da ahí les brotará petróleo, tengo ganas de hacerlo patentar, o de encerrarlo, para que no me lo vayan a mover de sitio. Con esta mano de ladrones, no se está seguro de nada. El día menos pensado nos han corrido la casa un poquito, para que les quede más a mano, jajaja.