Esta semana estuvimos en un bingo bailable en la Casa de la Cultura, con motivo de ayudar para arreglar el techo. Es como desolador ver que una estructura que da albergue a tanta juventud, para capacitarlos de tantas formas, se halle en tan precaria situación. No solo son los techos, le falta pintura, y quien sabe cuantas cosas más.
No me explico como es que el Municipio, La Alcaldía o no sé que entidad es la encargada de que esta instituciones funciones, no se metan la mano al dril y las mantienen en óptimas condiciones. Y les toque a unos cuantos mirar como hacer para reunir recursos, para salvar algo de lo cual se beneficia toda la comunidad.
Es cierto que los bingos, las actividades, todo lo que hagan para reunir dinero es agradable, para los que asistimos a ellos, pero para los que los organizan es estresante, pues no saben si la demanda tendrá acogida, si la gente responderá al llamado o como pasa por lo regular, nos hacemos los manuelas a la hora de colaborar para alguna causa social.
Es muy duro y muy loable la labor que hacen estas personas por no dejar morir la Casa de la Cultura. Está cumpliendo 32 años, toda la vida se ha visto como un monumento a las manualidades y a la creatividad de todos los sevillanos.
Súper triste verla en decadencia y ver que no cuenta con el apoyo de los que deberian. Es claro que no hay apoyo para casi nada, sino es nada del totazo.