
Cuando salimos a fuera ella se va despidiendo de mi, yo le digo ¿y es que no se van a ir con nosotros?, «no, ustedes no van en carro pues«, jajaja y le digo: «nosotros nos vamos caminando, donde está el carro», jajajaja, todos caen en cuenta y la risa que les da al ver que ella pensaba que de verdad nos íbamos en carro.
No, le dije, es un dicho que nos vamos en el carro de Fernando, unas horas a pie y otras andando, ah, como es que cayeron.
Estaban hablando de que cada año tenemos el mismo cuento, no nos vemos hasta dentro de un año, o cualquier cosa, hasta dentro de un año, que ese era el chiste anual, no pasa de moda, y como es que el del carro de Fernando no se lo sabian, yo estaba feliz por que los hice caer en una de mis trampitas, ah es que ellos se las quieren ganar todas y como a toda hora se juntan ellos dos a hablar de su informática y cosas que yo ni idea, entonces se creen muy sabihondos, me toca desquitarme con pequeñas bobaditas.
Nos fuimos haciendo chiste sobre el tal carro, además que ellos se nos pasaron, como es que van más rápido que el carro de Fernando, no puede ser llegaron primero a la casa.
3 respuestas a «El carro de Fernando»
jajaja como me he reído, hay gente que cae en los chistes malos de uno, aunque ya no haya esperanza en ellos 🙂
Es verdad, pensé que estaban charlando, pero no, despistados, creyeron que había un carro esperándonos.