Me acorde que en estos días una amiga, un poco mayor, le pasó tambien con un señor que la vio por detrás y le dijo «Adios muñequita» y cuando ella se volvio a saludarlo el señor ! plop! se desinfló, jajaajaj, no era su muñequita esperada, pero a ella le dio mucha risa y me conto con esa gracia, que por lo menos todavia tenia su tumbao, así fuera por detrás.
Y los hombres se dejan engañar tan fácil, más ahora con esos pantalones levanta cola, rellena cola, o lo que quieran con la cola, las ven divinas, pero quitenle el empaque y veran la desilución de nalgas caidas, pero por lo menos recrean la vista y se hacen la ilusión de que son asi como las ven, cuando no es que las tienen rellenas de silicona, ahi si, mamacita, para desinflarla, como será tocando unas nalgas siliconadas, deben ser todas raras, como se ven, parecen balones de micro.
Pero ahí sí cada quien es feliz como quiere, con traseros falsos o verdaderos, de todo se encuetra y como es lo que más les llama la atención, pues ni modo les toca esperar a verlas encueradas para ver si son verdaderas o no, porque ni modo que vayan tocando a ver si son de verdad, ya por menos los meten a la cárcel, toca esperar la sorpresa, si es la elegida.