Hoy por ejemplo que estuve en uno de estos vehiculos, se subió al lado un chico con una chucha, que casi hace que uno salte de la impresón, es de esas pegagosas, que aunque se baje la persona, queda impregado el ambiente de ese hedor, y sin poderse uno mover para otro lado, toca aguantar, guacala.
Y si de pronto se está de buenas y alcanza asientico, no es garantia de ir más comodo, pues cuando se llena toca cargar a las personas que van a los lados, osea que de todas maneras es una mamera, lo único que queda es poner al mal tiempo, buena cara y que toque como sea, lo importante es llegar entera al destino, un poco manoseadas, sobadas, olorizadas pero sin que le tumben la cartera, que ya es mucho decir.
No me ha tocado tan horrrible, la verdad, a parte de mal olor de hoy, de una tocada un día, de un restregeo otro, no me ha pasado nada más, que recuerde, siempre trato, si se puede, hacerme en una partecita medio neutral, donde pueda estar un poco medio cómoda, y disfrutar viendo las peripecias que hay que hacer para aguantar el equilibrio y no irse de geta contra el planeta o de chocarse con los que estan al frente, a los lados, lo mejor es quedarse neutro y dejar que el cuerpo se balancee al ritmo que toque, al fin que del suelo no se pasa, es dificil caerse con tanta gente alrededor y sacarle gusto a todo, por que sino que amarguras.
2 respuestas a «Andando en transmilenio»
Jajajaj ese transmilenio es tenaz… Yo he pasado por unas que ni para que contar… y uno andando en silla de ruedas peor! Pero lo bueno es no dejar llevarse por el mal genio y disfrutar de lo chistosa que se puede llegar a ver la gente toda apretujada en esos buses 😉
da para todo, con buen ánimo es más chevadero.