Muchas veces suceden cosas que nos pone el mundo boca abajo, cuando más contento se esta en algo, pasan sucesos imprevisibles, con las que no se contaban, que pueden hacer que en un momento todo se vea color de hormiga.
Pero si se toma un espacio de tiempo, despues de la tormenta, viene la calma y si se mira todo con objetividad y sin la angustia del primer momento, se puede llegar a conclusiones, donde se ve que las cosas no son tan tremendas como parecen, lo importante es tener con quien desahogar esa angustia que se siente en el instante, dos cabezas piensan más que una, todo tiene remedio menos la muerte, se analizan las cosas con calma, sin la calentura del momento y se pueden solucionar los problemas, hablando se entiende la gente.
No hay que llegar a los extremos, si nada se debe, igual no se debe de temer, el desespero nos lleva a cometer actos de los que despuès nos tendremos que arrepentir, por eso cuando algo pase, lo mejor es esperar que se calmen las aguas, con el ánimo calmado mirar opciones y algo resultará, muchas veces son buenas estas sacudidas para aprender a no ser tan confiados y saber que estos escollos son unos pocos de los que tendrán que sobrellevar en la vida. Serán muchas las cosas por las que tendrán que pasar, la vida no es tan de color de rosa, como se quisiera y los problemas siempre estarán a la orden del día, lo importante es saber capotearlos y no darsen por vencidos a la primera dificultad.