Cuantas veces se desea que el reloj se detenga, pero ahí si corre como si lo estuvieran persiguiendo, es algo bien paradójico, por eso es que la felicidad es tan efímera, mientras los sufrimientos parecen siglos, me imagino a los pobres secuestrados, cuan lenta les parecerá que trascurre el tiempo en medio de la tortura física y sicológica en la que les toca vivir a diario.
Reloj, deten tu camino, como si fuera tan fácil detener el paso del tiempo, es algo implacable, como cuando más se desea volverlo atrás, no se puede, no se deja, es lo único que inexorablemente sigue su camino.