Hoy, hablando con uno de mis hijos, nos pusimos a recordar cosas de pasado, de cuando estudiábamos o mas aún, yo me remonte a la época, en que quería comprar un algodón de azúcar, y nunca tuve con que comprarlo. De pronto si, pero en el momento que lo queria no pude, ya después no es como tan importante. El me contó, como cuando estaba estudiando, quiso salir en la banda marcial, y no habia en ese momento, un año después, cuanado él salio, pusieron banda, en cambio yo, queria y en la escuela siempte hubo banda, pero no habia los recursos para el uniforme y cuando por fin, mi mamá accedió a que participara, ese año justamente no se que pasó, pero no hubo banda y al año siguiente ya salia de la escuela, asi pues no pude participar, es una de mis frustraciones más recordada.
Y asi recordamos anécdotas que nos pasaron, pero no por eso nos amargamos la vida, se recuerdan como hechos de lo que pudo haber sido y no fue.
Hay cosas que tiende a marcarlo a uno, que de pronto se recuerda lo malo que pasó, como hay veces que se recuerdan con jocosidad, se le resta importancia y la vida sigue, poniendo la mejor cara, sin dejar que las frustaciones del pasado nos achante.