El día sábado sacan un mercado que cubre como dos manzanas, cerca de donde vive mi hija. Allí venden de todo, caro barato, promociones y parece una galería todos gritando y boceando los precios y las maravillas de sus productos.
Al ser al aire libre no hay donde probarse las prendas, pero nadie tiene empacho en medirse las cosas delante de todos, hasta los calzones. Vimos a una señora midiéndoselos por encima de los pantalones las bragas (como le dicen aquí), al menos no iba en falda, aunque seguramente tampoco les importaría.
Muy diferente a Colombia, pues la ropa interior, al menos los cucos, no se prueba ni se cambia.
Miramos por curiosidad todo, pero no es muy diferente a lo que se vende en todos lados. Ropa normalita, no vi nada así que que bruto, y estando en estas de mirar y tocar, que un señor pasa y me echa un piropo.
No entendí muy bien lo qué decía, seguimos caminando y terminamos el recorrido cuando de pronto Diana se detiene en una esquina, yo creí que le iba a tomar una foto al mercado desde donde estábamos, cuando se acerca el señor que antes me había dicho algo.
Todo coqueto él se dirigió a mi diciéndome «estas morenas no se ven por estos lados» y que tan bonita, tan especial y más cosas. Yo le contesto que es verdad soy única e irrepetible. Él se rió y Diana le puso conversa preguntándole cosas del barrio, del mercado.
Él se veía contento, preguntándome cosas: que si era casada, si tenia hijos y yo si, ella es mi hija, de razón de tal palo tal astilla. Luego siguió que en dónde viven, todo interesado el señor.
Nos íbamos a ir y él que también iba por el mismo camino. Luego que vimos una panadería, le dijimos que íbamos a comprar pan y él que también necesitaba pan.
Pensé que nos iba a seguir por todo el camino pero en la panadería lo dejamos y nos metimos a otra parte y ahí si no lo volvimos a ver.
A Diana le causó mucha gracia y fui la recocha por que según ella no es normal que los españoles anden echando piropos y mucho menos así de frente y sin tapujos y que ella se había pillado al señor siguiéndonos por el mercado y por eso se detuvo para ver si seguía de largo yo si no me había dado cuenta de nada.
Ahí tuvieron tema para rato con este cuento y que si quería ahí tenía un pensionado para que me deje rica y de una vez me da la nacionalidad. Eso me lo querían acomodar y que los pusiera a vivir rico a costillitas del viejito. Le sacamos pelos a un calvo y nos reímos un buen rato por esto..
Y como dice Carolina Gonzalez en sus artículos, que son bien motivantes, hay que hacer feliz a las personas que se nos acercan así sea una sonrisa que se le saque a alguien ya es ganancia y a mi me encanta que la gente se sienta feliz.
17 respuestas a «El mercado de las pulgas»
Adoro ese tipo de mercados. Aqui tambien los hay inmensos y la gente se mide la ropa en cima o se la superpone. Compara los sujetadores con sus pechos….Y donde fueres haz lo que vieres…. He llegado a comprar autenticas maravillas.
Me parece una experiencia muy bonita. BSS
Que historia tan divertida. Me alegro que lo pasarais tan bien.
Qué gracioso lo que les pasó y divertido!!! Claro que si hay que pasarlo bien siempre.
Pues esos mercados aquí no son tan agradables, procuro evitarlos, pero que divertido. Y que bueno que hayad hecho feliz a alguien solo con una sonrisa y que luego se hayan divertido mucho hablando de lo ocurrido en el mercado.
A mi no me gusta nada ir a los mercados, me agobia mucho que los vendedores estén gritando todo el rato e intentando venderte incluso lo que no necesitas, así que hace tiempo que no voy.
Vaya con el señor, qué pesado…
Bss.
siempre es bueno que te levanten la autoestima y lo bien que se lo debió pasar el señor.
cuando era mas jovencita me encantaban los mercadillos, y ahora no los soporto, la gente, el calor, uff que agobio y si encima un tio te persigue, quita , quita. pero bueno si a ti te gusto la experiencia me alegro
Me gusta ir a los mercados de las pulgas, siempre he encontrado algo interesante a bajos precios!
Que curioso este señor, a mí me hubiese dado un poco de miedo tanta insistencia!
Saludos
Amparo gracias por ese ping back en primer lugar y en segundo me alegra mucho que lo estés pasando genial en tu aventura española, la verdad es que las latinas son muy apetecidas por aquí por esa chispa y calidez que irradiamos.
Nunca se sabe sí quizá por aquí consigas un amor !!!. Saludos
Me gusta los mercados así, son tan de verdad. La historia que cuentas es divertidas, me gusto que la compartieras. Gracias. ♥
En España generalmente la ropa interior si se prueba no se puede devolver pero en un mercadillo todo cambia. Diana tiene razón en España ya no se lleva lo de propias pero también es cierto que los señores de más edad aún lo hacen, de todas formas estas hecha una ligona, bss
Desgraciadamente en mi ciudad nunca he visto o sabido de algún mercado de pulgas, aunque me encantaría saber de alguno pues sé que se pueden encontrar artículos muy buenos, linda anécdota, gracias por el post 🙂
Los mercados de las pulgas son realmente espectáculos, a mi me encantan y me parecen súper divertidos, disfrutarlo contigo fue genial 🙂
Aquí le llamamos el piojillo o el mercadillo !! Igual he comprado gangas de verdad !!! Me encanta aunque a veces me agobia estar entre tanta gente !!
Hace mucho que no voy a un mercadillo, me alegro que te divirtieras tanto a mi no creo que me sentará también y me agobiaría un poco tanto cumplido.Besos
Me gusta leer tus hazañas. La ropa es barata en estos mercados, no de gran calidad… (aunque hasta la ropa cara viene de los chinos, algo que nunca nos entra en la cabeza), pero depende de la que sea… Y sí, la ropa interior si se la prueban por fuera, es para no hacer una compra para nada… porque obviamente no se debe descambiar ese tipo de ropa, nunca nunca nunca.
Saludos!!
Que chistoso lo del piojillo, parecido a las pulgas,solo que estas brincan más, fue divertido el paseo, lo del señor me parecio jocoso, más que era todo bonachón.