Siempre he pensado que no hay que forzar las cosas y que todo sucede cuando debe ser, ni antes ni después. Lo que convenga pasará porque así debe ser.
A lo largo de mi vida han pasado cosas que me dan la razón y eso hace que me reafirme más en mis creencias y en dejar que las cosas pasen solas y siempre digo: si me conviene esto o aquello, habrá la forma de que suceda.
En estos días tuve una invitación para ir a otra parte y dije que si me ganaba el chance iba y a todo al que le contaba el cuento le decía lo mismo. «Si me conviene ir resultará los medios para hacerlo, sino es que no me conviene». Voy a dejar al azar, que el resuelva.
Y pues al parece me conviene pues me gané el chance, justo el dinero que se necesita, aunque en cuestión de dinero nunca es suficiente y entre más se tiene más se gasta, ya estaré contando a ver que me tiene el destino preparado por esos lados y si me alcanza o me veré a gatas.
Algo que me causo gracia fue que en estos días le conté a mi hijo lo del viaje y le pregunté que cuánto más o menos me valía y toda la cosa, como ya hemos ido varias veces, pues él tiene toda la información y que si creía que yo podría ir sola sin que me pierda.
Pues cuando le conté que ya tenía el dinero para al viaje, ahí si estaba reculando y me dijo que le daba sustico que fuera sola y le digo: «Cómo así, en estos días no me dijo que no tenia pierde», al ver que podía ser una realidad ahí si le da culiyo, pero ni modo, lo que ha de ser será.
Y el otro me da recomendaciones, no por que se preocupe porque me pueda perder o algo, sino por que no quiere ser molestado por sus hermanos, cuando le empiecen a preguntar por mi, entonces se está curando en salud y me dice que este pendiente de reportarme cada tanto con ellos, para tranquilizarlos, que no quiere pasar por otra tortura como la que vivió cuando se me perdió la maleta en Bogotá, es todo ternura la mata de la amabilidad.
Y pues bueno, al parecer todavía no es el día de viajar, pues se pospuso la reunión y cuando eso se empieza a posponer las ganas se van bajando y quien sabe si luego lo haga. Pero nunca se sabe, cuando convenga, lo que conviene a la casa viene.
Así que regresé a la casa buena y sana, sin ninguna abolladura, no sin antes hacer lo que tenía que hacer, logrando un éxito total en la encomienda, esperando los frutos para el próximo año.
3 respuestas a «Lo que convenga»
Hola! Yo he aprendido que la suerte no existe y lo que a uno le pasa en la vida depende de uno mismo. Si siempre te mantienes positiva las cosas te salen bien, y cuando tienes miedos y dudas siempre hay algo que funciona mal. Hay que aprender a confiar en uno mismo y todo se te dará! Besos!
Gracias, creo que a veces es todo revuelto.
Espero puedas concretar el viaje y sea una buena experiencia.
saludos