Muy temprano en la mañana, una algarabía hizo que los vecinos salieran a ver qué pasaba, pues en la calle se escuchaba unos gritos destemplados. Siempre he pensado que cuando se habla tan duro no se entiende nada o es que en medio de la rabia se traban las palabras y parece es como una loca alegando pero no se sabe ni por qué.
Y efectivamente me quedé sin saber el por qué de tanta bulla, pues la que estaba alegando que la robaron no sé qué, solo quería coger a una de las muchachas de las mechas y revolcarla, porque eso sí tenia una melena bien larga y rizada, parecía acabada de levantar. Tenia peinado talco, la otra estaba embarazada un poquito, por eso se salvó de la mechoneada, ya que la ofendida le decía que se salvaba de que le diera una buena tunda por su barriga. Tiene hasta ventajas ser panzona.
Eran 4 las del pleito, pero una la ofendida, dos las ladronas y la otra de apoyo moral. El señor al que le gritan cosas y se riega como verdolaga en playa quiso interceder por la mechoneada, pero la señora esta casi que le pega y le dijo que no se metiera que él no sabia lo que había pasado, así que ni modo, toda la gente de mirones a ver qué iba a pasar.
La otra muchacha trataba de dar explicaciones en voz baja, por eso nos quedamos en ayunas, la otra a todo pulmón no se le entendía nada y la otra con su vocecita no dejaba escuchar, lo único cierto es que fue en su propia casa donde la saquearon, no las volverán a dejar pisar ni el umbral de la puerta y que más les valía llevarles lo robado sino querían que las denunciaran.
Qué peligro caer en manos de estas arrabaleras y qué pena que les hizo pasar, si es que la tienen, porque para eso si resulta gente novelera y todo el que pasaba se quedaba parado viendo a esta señora echar pestes por la boca. Qué vergüenza ajena, ventilando delante de todo el que quisiera escuchar, chismes de cocina.
Claro que da mucha rabia que lo roben a uno, más si se da cuenta quien fue el autor, sino es ver como me pongo cada que pillo a una rata en mi negocio, pero hacer escándalos callejeros, no sé, eso si me da como rasquilla, pero nunca se sabe, la sangre se calienta y puede rodar tinta.
Lo único seguro es que la chica del pelero quedó con dolor de cabeza, pues la señora estaba haciéndole muchas caricias con sus dedos en su melena, ella apenas retrocedía, ni se defendía, pero tampoco le dieron tan duro, era más el escándalo que otra cosa, es que ese es el que mata.
Al fin se fueron cada una para su casa, quedando en que le llevarían lo robado, sino ya sabemos donde viven, les decía la ofendida y me imagino que no tendrán ganas de otro escandalito de estos. Si se descuida la embarazada la ayuda a parir rápidito y la melenuda, queda con unos cuantos pelos menos.
¿Te ha tocado presenciar algún escándalo frente a tu casa?
Una respuesta a «De las mechas»
Virgen Santa arriba del apartamento donde vivo hay escándalos todos los días, pero parece ser que la pareja no se soporta y es más eso que otra cosa, no de esta manera que relatas, así no he visto nada aún, además los escucho, no los veo jajaja