Como hace días que no pasa nada en mi entorno, me tocó sacar a relucir una historia de la vida real de otra ciudad, contada en Laura, pocas veces me veo ese chismorreo pero hoy me llamó la atención la historia que estaban contando donde una chica de 18 años, toda prepotente, decía que se avergonzaba de su madre porque era recogedora de basura, que le daba asco, que ella no la reconocía como su madre, que cuando iba al colegio se avergonzaba de ella y otras lindezas más que en mis manos hacía rato la hubiera mandado para la porra, pero hay gente que tiene como mejor corazón y esa madre se aguantaba todas estas patanerias de rica alzada sin tener donde caerse muerta.
Y como su padre dizque había regresado después de 18 años con mucho dinero, según él, pues ahí si que estaba de un alzado que no se aguantaba ni ella misma, pero como allí escudriñan la vida de reymundo y todo el mundo sacaron a relucir que el fulano era más pobre que las ratas que vivía con una señora a la que le había robado el burro en el que trabajan recogiendo basuras también, así que ninguna buena vida le iban a dar ala muy ilusa.
Tenía de cómplice a una vecina que se llenaba la boca diciendo que la quería como a una hija y ella que la quería como a una madre, que la prefería mil veces a la que decía ser y le sacan en cara a la señora esta que había abandonado a su verdadera hija. Era una fichita también, mejor dicho y para acabar de rematar descubrieron que había sido recogida de la basura por la pepenadora de la que tanto decía apenarse.
Le sobro caldo y seco a esta pobre, le tocó pedirle perdón a la señora que le salvó la vida y agachar la cabeza. Que más le quedaba si los otros que ella creía lo más no eran nada, lo único verdadero era la pepenadora que aunque no era su madre verdadera la crío como si lo fuera, así que le tocó tragarse sus palabras y seguir comiendo de la misma basura aunque parece que Laura le iba a colocar un puesto de comidas rápidas algo así pero como es tan pinchoreta la boba esa dirá que es muy poca cosa para lo que se merece, que lo único que se merece es unas buenas nalgadas y que trabaje para que se mantenga la atenida esa.
Y para rematar el novio le terminó por interesada y mala gente, quedó como un zapato sin lustrar, me alegró mucho este final para esa careconcha.
Una respuesta a «La pepenadora»
jajajaj quedo más que mal!