Desde que entró al negocio, primera vez que lo veía, y él me imagino que también, empezó todo nervioso, con una risita nerviosa a mirarme y a preguntarme que se podia hacer, que podia comprar, pero no sabia ni para que queria algo. Le pase algo que me dijo que le mostrara y ahí mismo se retira y me dice que tengo mucha fuerza atrayente que él no se puede explicar, «jum» yo menos. Si no me dice que necesita, que va a comprar, yo si que menos voy a saber… Me mira, se rié, le digo que si es que tengo micos en la cara, o las fachas en que andaba, toda desaliñada, pues estaba arreglando casa y me dice que no era eso, que si yo nunca me había reido de felicidad. «Pues me imagino que si«, le dije, «pero usted porque está feliz«, le pregunte. «Pues de verla, de estar en estos momentos junto a usted, es algo raro, no sé que me pasa«, decía.
Entonces al final le digo: «Pues no se, mire a ver si se consigue una novia de su edad, para que desborde todas esas cosas que siente y digame que necesita que tengo mucho que hacer.»
2 respuestas a «La chica de la boutique»
Dime que te aplicas, llegan todos a piropearte jejejejej
A veces tengo el bonito subido.