En la historia de hoy de Mujeres al límite, trataron el tema de una chica que para escalar posiciones, negó a sus padres que eran campesinos, en ningún momento le dijo a su futuro esposo su origen, creyendo él que era de buena familia. No es que su familia fuera mala, sólo que eran humildes y ella se avergonzaba de su pasado.
Hasta que un día su madre la llamó y contestó su marido, el cual muy amablemente quiso conocer a sus padres y los invitó a su casa, pero ella arreglo las cosas para ir mejor ellos hasta la finquita donde vivian, dándose cuenta él y quedando decepcionado por el engaño de su esposa. Le hizo el reclamo, pero ella lo convencio de que lo quería y que ella seguía siendo la misma, al fin enamorado dejó pasar las cosas así, pero sin ir a visitar más a sus suegros y haciendo de cuenta que no existian.
Estando en una reunión con sus amigos, recibió una llamda de su padre, donde le decía que su madre estaba muy enferma y que quería verla, a ella poco le importó y siguio con su reunión, cuando se acabó quiso irse para el pueblito, pero su marido la convenció de que fuera al otro día, pues ya era tarde y estaba tomada. Dejando para ir al otro día, pero cuando llegó su madre ya había muerto.
Quedándole el remordimiento de no haber ido ahí mismo que la llamaron para haberse despedido de ella, pero ahora le quedó el problemita de su padre, que no se podía quedar solo, entonces ella se lo llevo para su casa, pero su marido le dijo que no quería a ese personaje maleducado en su casa, «que dirian sus amigos».
La puso entre la espada y la pared o él o su padre, entonces ella en una reunión con sus amigos, presentó a su padre, avergonsando a su marido que le dijo que llevara a su padre a un asilo, tomando la resolución al fin de decidir quedarse con su padre y separarse de su marido.
Un poco tarde para hacer las cosas al derecho, pero al fin recapacitó que con mentiras no se llega a ninguna parte y que el amor verdadero se acepta con todo el paquete.