En la mañana llega una amiga y nos ponemos a chismear un poco de todo. Como que desahogarnos y darnos cuentas que estamos casi en las mismas hace bien para el alma, pues las penas compartidas son menos.
Aunque viéndolo muy bien y con lupa, estoy un poquito menos que ella. Entonces dicen que «mal de muchos consuelo de tontos«. Pero que culpa, si miro un paso hacía atrás y los hay peores.
Pero me gusta decirles que las comprendo por que es más fácil aconsejar poniendose uno en los zapatos de la otra persona.Y si no hacemos nada para que las cosas cambien, siempre estaremos de mal en peor. Pero a veces que aunque se quiera no se puede y nos toca vivir la vida que nos tocó, con sus pros y sus contras.
Por lo regular, luego de hablar conmigo como que se les arregla un poco la situación. Por lo menos sobreviven, debe ser que siempre le veo el lado amable a todo y asi se los digo.
2 respuestas a «La vida que nos tocó»
Pienso yo que hay que notar que los demas tienen problemas peores tanto como tienen sus alabanzas, aunque nunca hay que evitar afrontar los problemas propios solo por que alguien esta peor que nosotros.
Es verdad.