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Cosas que pasan

Como las cucarachas

En estos días de eferveciente campaña electoral, todas las personas que estan inscritas para algún cargo son amigos íntimos. Me hacen dar risa, al verles pelar el cobre y ver como por un mísero voto se rebajan hasta lo más que pueden. Que a veces es mucho.
Algunas personas que en tiempo frío les duele la boca para saludar. Ahora son todas sonrisas y amabilidad. Como me choca esta hipocrecía, como también hay alguna, muy poquitas que son siempre las mismas, que además estan allí, por hacer algún favor. Aunque yo para politiquear ni de rodillas que me lo pidan, una cosa es de pronto hablar bien de alguién, porque me cae bien, otra es salir a darles pantalla en la calle o en sus directorios. Cuando yo me lance para algún cargo público, votaran por mí, sin mover un solo dedo. Dificil, parece que toca moverlos todos.
Bueno, creo que ni en mis peores pesadillas me veo viviendo maluco por la politica, allá cada cual, pero como siempre no falta el parche, entoces me da como risita estas cositas. Esta semana entró con muchas ganas a mi negocio una señora que es conocida, pero que nada que ver, muy amable y risueña a entregarme su foto y que por quien iba a votar… Que lo hiciera por ella y de una le dije «que ya tenia mi candidato, y eso si salía a votar, que no había vuelta de hoja, asi se podia ahorrar todo su repertorio que no me interesaba.» Fué un poema verle la cara, se quedó estática por un momento, pero luego recogio del suelo las palabras y me dijo que toda la gente ya le deciá lo mismo. Que triste que no haya apoyo para ellos, «pues conmigo por lo menos usted no cuente, le dije, que de promesas trasnochadas ya estamos hasta la coronilla, suban y hagan lo que puedan y los dejen, pero no vivan prometiendo lo que en su vida podrán cumplir.»
Sale la señora, cuando entran los testigos de Jehová, como que estaban proliferados todos a platicarme la palabra de ellos, ¿será que me ven muy pecadora que todos me quieran llevar a su reino? pues que de una tampoco los dejé hablar y les dije que no me interesaba y el chico, apenas me mira con sus ojos de ternero huérfano, «¿no le interesa qué?» me dice. «Pues lo que me tenga que decir, no me interesa nada«, le digo. Ahhh pobrechito casi que lo entro a que me platicara todo el día, de la tristeza que le dió ver a otra oveja descarriada… Es que son como las cucarachas, uno con ello pa fuera y ellos queriendo metersele hasta por los ojos.
Menos mal que mañana ya se termina este circo y seguiremos siendo lo amigos anónimos de todo el mundo y aún más, por que suba el que suba, ni se acordaran que por un voto más o menos estaran pasando las de canchilas durante los 4 próximos años, que se les volveran una eternidad. 
En definitiva, sólo por dañarle el caminado a alguién saldré a votar jajajajaja.

Por Amparo Bonilla

Me considero una apasionada de la vida, soy alegre, optimista y siempre encuentro lo bueno de lo malo. Tengo una filosofía de vida que consiste en hacer lo que me gusta, cuando quiero hacerlo y sobre todo sonreír porque la vida serie es muy aburrida...

4 respuestas a «Como las cucarachas»

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