Los preparativos siguieron, las sirvientas la vestían, pero sin hablar ni decirle nada de lo que ella quería saber, sólo le dijeron el nombre de su futuro esposo, Sidhawk Douglas, que tampoco lo conocían personalmente y que la boda había sido ordenada por el propio Rey James.
Adrienne, se quedó en las mismas, todo eran solo leyendas, lo único en lo que estaban de acuerdo es que era un hombre divino al que todas las mujeres caían rendidas a sus pies, no había una que se le hubiera negado, lo malo es que él ni se acordaba del nombre de ninguna de sus amantes.
A su cuarto llegó la esposa del monstruo que amablemente le dio las gracias por hacer lo que le ordenaban, y le dijo que si algún día necesitaba algo, contara con ella.
El matrimonio se llevó a cabo sin el novio, pues mando a un apoderado, lo que lleno de alivio a Adrianne, por lo menos eso dilataba estar con su supuesto esposo.
Luego de la ceremonia todos se desatendieron de ella, ni una bienvenida , nada. Una esposa no deseada, se puso a examinar la casa, a ver si encontraba una cama donde acostarse, un wiski, algo, pero nada, hasta que vio fue al herrero y se quedó prendada imaginándose que era su esposo, pues el chico era bello y él al verla se le acerco ofreciéndole sus servicios, cuando la quería llevar a la fuerza apareció el que era, ordenándola que la soltara.
Al volverse a verlo, no podía creer que hubiera algo tan perfecto, no tuvo tiempo de mucho, pues él la tiro al suelo y rodó sobre ella, para protegerla de una flecha que alguien le había lanzado, Adam Salió a ver que veía , regresando con la razón de que no había nada, Adrianne le dijo que la soltara, él lo hizo a regañadientes, pero quedó con la idea de que su esposa estaba a punto de caer con Adam, hecho que ella aprovechó para echarle pullas y picarlo en su amor propio.
Al otro día quiso café, algo que allí no era conocido, yendo a la despensa por pedido de la madre de Douglas, que le cayó lo más de bien a Adrianne y le dijo que contara con ella para todo, en la despensa Douglas se aprovecho, para darle el café a cambio de un beso, casi que la hace claudicar, pero ella se defendía diciendo que pensaba en Adam. Hecho que lo ponía frenético, llegando a un acuerdo, de que ella no nombraría a Adam, ni se le acercaría y que él solo le exigiría un beso cada mañana.
Estando conversando con Lady, Esmeralda una de la amantes de Douglas, le disparó un dardo envenenado, perdiendo el sentido. Douglas se veía impotente para salvar a su esposa pues el veneno, no tenía cura, según el curandero del reino, él mando a traer a los gitanos, a ver si ellos sabían algo, pero primero llegó Adam, ofreciéndose para salvarla a cambio de que fuera de él, al ver que no tenía alternativa, Douglas aceptó con la condición de que sólo si ella lo elegía.
En su recuperación Adrianne nombró al tipo que la engañó, así que Douglas mando a Gimm a Pimpa a que averiguara sobre la mujer que se casó con él. Las averiguaciones no arrojaron muchas luz, pues todos decían que era del futuro, pero poco podían decir al respecto. Sin embargo, él estaba dispuesto a todo con tal de estar con ella.
Al castillo llegó Olivia, una antigua amante de cuando él trabajaba para el Rey James, con deseos de ser complacida como antes. Pero él le dejó en claro que ya era un hombre casado y enamorado de su mujer, algo a lo que no podía dar crédito, pues lo conocían de toda la vida, mujeriego y nada serio en las relaciones.
Adrianne, le dio algo de celos y se fue a buscar a Adam, para pasear por el jardín, estando a punto de sucumbir bajo los encantos de herrero, pero fue detenido a tiempo, por la promesa que le había hecho a Douglas, que sólo sería sí ella quería, no obligada.
Aunque luego, cuando ellos estaban de lo más rico y descubrió que ella efectivamente venia del futuro, decidieron casarse en forma. Sin embargo, Adam consiguió hablar con Adrianne y obligarla a dejar a Douglas el mismo día de la boda, dejándolo vestido y alborotado, aunque ella le dejo alguna clave, que en su momento él no captó. Fue su amigo, Grimm, el mismo que había conseguido separarlos el que le dio a entender que ella no se había ido por su voluntad, entrando en razón y viendo la forma de ver como hacer caer al Hada bromista. De forma que hizo que él mismo la trajera de regreso del futuro y ya embarazada, consiguiendo que la Reina de las Hadas, les prometiera que los protegería de todos los que quisieran hacerles daño, castigando al bromista a vivir 500 años con una compañía que él no quería.
Lydia, la mamá de Douglas también encontró su otra media naranja en Tavis, un empleado de confianza de toda la vida, que los quería mucho y sólo quería protegerlos.