Nosotras que pasábamos por ahí, nos dio mucha risa de ver a la chica tratando de sacar su pie de la coca, pero también nos pareció mucha irresponsabilidad, pues si la chica no hubiera tenido reflejos se va de nalgas con la coca y el porrazo, sería brutal.
Seguimos caminando y a la vuelta, estaba un poco oscuro, cuando aparecen dos perros ladrando y peleando entre ellos, por poquito y somos nosotras las que terminamos enredadas con ellos.
Nos quedamos quietas sin movernos, esperando que ellos terminaran o se retirara un poco de nuestro paso, fue mucho susto el que pasamos, estos bichos enojados, son peligrosos.
Como que la noche estaba tenebrosa para andar, así que mejor nos fuimos rápido para la casa a terminar de hacer ejercicio encerradas.