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Cosas que pasan

Ciberneteando

Hoy sali a pasear, hacia días que el clima no dejaba, para variar de venida me cogio un aguacero en la calle, mire para todos lados y ví una sala de internet, me meti a ella y pedi un computador, me acordé de las épocas aquellas donde me daba miedo tocar uno, acercarme menos, en Bogotá Diana me llevaba a las salas de internet y me quedaba gringa.

Ahora por lo menos ya no me arrugo para coger un computador en cualquier lado, eso es mucho progreso. Me puse a mirar mis cosas, mientras escampaba, al lado mio había un pelado joven, mirando otras, pero, no veia sino porno, como yo no me asusto ya por nada, no me parecio raro.

Lo único que cavilé es como hacia para ver tanto porno sin excitarse o es que no se le paraba, no se, me parece raro, estuve una hora y media y todo ese tiempo fue de mucho movimiento, por lo que podia percibir, por el rabillo del ojo, que no se diera cuenta que estaba interesada en lo que veía, igual no me importaba, mucho menos porno, no soy tan curiosa, solo que como quedaba ahi no más, era casi imposible no ver, ni ciega que estuviera.

Otra cosa que me llamó la atención es que, la sala de internet estaba en una casa de familia, donde había una cantidad de niñas pequeñas, haciendo bulla, jugando, brincando, que algarabia, tambien había gatos, perros, pulgas hasta una maté, después salí con la sensación de que me rascaba todo el cuerpo.

A lo que iba es que me parece que las personas deberian de cuidar más lo que ven, si no hay como la privacidad para hacerlo, claro que cada quien en sus cosas, pero no dejé de notarlo, con tanto chinche suelto.

Por Amparo Bonilla

Me considero una apasionada de la vida, soy alegre, optimista y siempre encuentro lo bueno de lo malo. Tengo una filosofía de vida que consiste en hacer lo que me gusta, cuando quiero hacerlo y sobre todo sonreír porque la vida serie es muy aburrida...

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