En Bogotá estuve donde buenos amigos, que no me dejaron sola ni un momento, para todas partes me llevaban, parecian mis niñeras, no querian que me perdiera, jajajaja
A pesar de que los últimos días me la pase apestada, en todas partes me consintieron, me hacian remedios, me daban una cosa, me daban otra, a pesar de lo indispuesta, me sentí bien, eso es algo que no se paga con nada.
Por un error en la entrega de papeles, me negaron la visa, tocándome apelar, llevando de nuevo todo, esperando el resultado ya en la casa, si la aceptan tocará volver.
Aquí todo lo encontré bien, normal, me da mucho gusto ver que no les hago mucha falta y sobreviven perfecto sin mi. Pero a mi si me hace falta mi casita, a pesar de estar bien en otro lado, no es lo mismo, se extraña todo.
Y eso que me amaño en todas partes, que tal que no, por lo menos ando con mis costuras para entretenerme, me parece terrible estar sin hacer nada, asi algo les hago a los anfitriones, que les quede algún recuerdito de mi paso por sus casas.