Cuando los tipos se fueron y fue a ver la mercancia, nada que hacer los tipos se habian evaporado, pero los tipos avispados no se fueron del pueblo, los muy brutos, se quedaron y quisieron hacer lo mismo en otra parte, con tan mala suerte para ellos, que era en la misma direccion del estafado, en ese momento él pasaba por allí, cuando los vió, ahí mismo se fué a hacerles el reclamo, llamaron a la policia, y los muy descarados, como si nada lo negaron diciendo: «yo no lo conozco», «cuando», «nunca lo he visto», y el otro tratándo de sacarles la verdad.
Que triste con la justicia, estas cosas, osea que a uno lo roban, por casualidad se quedan reconociendo a los ladrones, los cogen con las manos en la masa, haciendo el mismo negocio, y no hay nada que hacer, lo único es tratar de conciliar con los ladrones, por las buenas a ver si de pronto se logra recuperar algo de la plata, ya la van a tener todavía, de eso no queda ni el pegado, poner la denuncia y si de pronto vuelven a dilinquir ahi si miran a ver que se les puede hacer, es una belleza, si está uno bien de malas y los ladrones son de mala calaña, se gana el enemigo y a cuidarse las espaldas, por que cualquier cosa puede pasar.
Por eso es que muchas veces la gente se queda callada ante estos atropellos, no tiene caso ganarse unos enemigos bien peligrosos, si la justicia no les va hacer nada.