Esta semana que estabamos en el estadio caminando, se nos acercó un señor y se fue con nosotras en nuestro recorrido, se puso a hablar de algunas cosas, a criticar otras y a lo último cuando nos dejó solas le digo a mi acompañante que no me habia gustado la compañia de este señor, me parecio chismoso y cizañero, una cosa es uno comentar algo de alguien y otra es como la entonación y la decidia con la que se diga, a mi no me gusta hablar de los demás y menos cuando no estan presentes para defenderse, es cierto que siempre de alguien hay que hablar, pero por que no se habla de las cosas buenas de esa persona o que lo que se diga se le pueda sostener, yo soy una que cuando habló de alguien lo que diga si llega a oidos de esa persona se le pueda sostener en la cara, me parece muy fastidioso hablar cosas malucas de alguien y que luego se forme un enredo, si lo que se sabe no se puede sostener por que son suposiciones, entonces es mejor no comentarlas.
Tan bueno que es chismear, pero hay cosas sanas que se pueden decir de las personas sin afectarlas en su honra, si se sabe algo malo, no es de la incumbencia de nadie estarlas ventilando a los cuatro vientos, cada quien tiene derecho a tener su privacidad.
Esto de los chismes y enredos se ve mucho en los barrios populares, donde la gente vive desocupada y asomada en los andenes viendo quien sube y quien baja, y sin conocer a las personas que pasan por el solo hecho de hablar de algo se van levantando infundios.
Y como dice un adagio popular «es más fácil colocarle las plumas a una gallina que recoger la honra de una persona», por eso se debe tener mucho tacto al hablar de los demás y asi nos evitaremos vernos envueltos en problemas.