Nada más agradable que asomarse uno a la puerta y poder saludar a todos sus vecinos, a todo el que pasa amigos o no, por que un saludo no se le niega a nadie, ni quita ni da. Pero es mucho mejor poder sonreír que estar a toda hora con la cara agria, haciéndole mala cara a la gente sin motivo ni razón.
Una de las cosas que me parece a mi muy deprimente de las ciudades es el que la gente pasa al lado de los demás sin un saludo ni un gesto de amistad, a toda hora parecen bravos y de mal genio
En cambio en las ciudades pequeñas donde todos se conocen, se saludan, se charla, se pregunta por la familia, se habla de todo un poco y es rico salir a la calle, porque siempre se encuentra con algún conocido o amigo que se interesa por uno.
Claro que hay que tener en cuenta la parte donde se viva, porque hay unas personas que son tan indeseables que no se quisieran ver ni en pintura e igualmente hay sectores donde la gente es muy problemática.
Hasta el momento me ha tocado vivir en partes muy agradables, con gente muy querida y servicial, donde no se escuchan chismes ni la gente esta pendiente de quien entra o sale para formar enredos, por que cosa que me parece desagradable es el chismorreo, el lleva y trae, ahí es donde se forman los problemas entre vecinos y amigos.
2 respuestas a «El saludo»
Eso es cierto, vivir en las ciudades puede llegar a ser solitario por esa razón, pero también es cierto que una gran ventaja es evitar lso chismes, porque a veces desgastan mucho…
En cuanto a los chismes es verdad, pero a mi me gusta poder saludar al perro y al gato que pasen por mi casa.