Venecia, al fin llegamos. Salimos al medio dia de Eslovenia, llegamos a Trieste como a las 3:30pm y cogimos un tren que nos dejaba en Venecia, en tan sólo 10 minuticos.
La entrada es bien bonita rodeada de mar. Desde que se baja uno del tren se siente la magia del lugar o será que era algo que siempre habia soñado que para mi fue tan emocionante estar en este lugar que me parecia mentira que estuviera pisando esta ciudad de la cual habia oído hablar mucho.
Sin embargo, todos los que ya la han visitado dicen que no es la gran cosa, que sus aguas huelen maluco.
Otros opinan que es una ciudad muy bonita de ir y repetir cada que se pueda.
Creo que cada quien tiene una perspectiva diferente de la ciudad, pero igual no dejan de visitarla y lo mejor es eso, si se tiene la oportunidad, formarse una opinión propia.
En mi caso me pareció hermosa tiene muchas arquitectura y es agradable para visitar, más no como para vivir en ella, me pasa lo mismo que en San Andrés, me pareció preciosa pero claustrofobica, el sólo hecho de pensar que no se puede salir de la isla sino en avión o por agua es como para pensárselo detenidamente.
Aunque en Venecia se puede salir por tierra, pero las casas que quedan en el agua y que las personas no puedan salir sino en los barquitos, se me hace espantosa la sensación.
Tenia una imagen diferente de las góndolas, no las habia reparado bien y al verlas ya no me llamaron la atención. Soy como rara pero tenia una idea idílica de ellas, que no me cuadran con las que en realidad son.
La Plaza de san Marcos es hermosa por donde se mire, no la vimos en el dia, llegamos algo tarde, pero se puede apreciar su arquitectura, ademas en las noches tocan el violín en los diferentes restaurantes que hay en la plaza y los turistas podemos goterear esta música tan bonita ya que no es común escucharla en vivo y en directo.
Como nadie me conocía se me fueron los pies al son de la música que estaban tocando, se siente una libertad única de poder hacer payasadas sin reparar en si dirá algo o no la gente que habia alrededor.
Leyendo Inferno, quedé con ganas de ir de día y mirar por dentro la Catedral de San Marcos, parte del libro se da en esta parte de Venecia, solo por eso pagará la pena ver la película y volver.
Quiero ver los caballos descabezados, no te diré mentiras 😀
De ahí pasamos a ver el puente de los suspiros que según una leyenda si dos enamorados se besan bajo su puente, se amaran toda la vida, pero resulta que dicho nombre no se debe a los suspiros de los enamorados sino a los desdichados que estaban en la prisión.
Al parecer el pasadizo conectaba el Palacio Ducal y la prisión de la inquisición donde los encarcelados languidecían y morían, y cuyos gemidos de angustia resonaban en el estrecho canal.
Es como fácil perderse en las callejuelas de Venecia todas tan parecidas e intrincadas si no se tiene una buena orientación o un celular que ayude en la ubicacion, se puede terminar mal y eso que tampoco es que sirva mucho.
En la casa donde nos quedamos por una noche, alquilada con Airbnb, era grande y espaciosa, con una biblioteca donde seguramente no hay tiempo de aburrirse, asi sea tratando de descifrar los libros.
No había ni siquiera un pinche libro en español, solo inglés, italiano y la gran mayoría en chino, para acabar de fregar el plan de querer leer algo de allí, pero con todo lo necesario para no pasar necesidades, eso sí.
A la mañana siguiente, muy tempranito, teníamos que dejar este lugar, por lo tanto hicimos el fiambre para comer fuera.
La chica que hace el aseo nos llevó a la casa de los dueños, que nos iban a hacer el favor de guardarnos el equipaje mientras haciamos turismo por la ciudad, ya que el vuelo era a las diez de la noche, por lo tanto teníamos arto rato para patonear.
Caminamos puentes, calles, mercados, tiendas con souveniers, la cantidad de cositas que venden es impresionante. Se ven mucho las mascaras de todos los tamaños y precios.
Las góndolas en todas las variedades que se quiera, desde miniaturas hasta grandotas, llaveros, postales, bolsos, peluches, eso si el que no compre algo es porque no se quiere encartarse con cosas, eso por no decir nada de los precios venenosos que se veían.
Por casualidad nos pusimos a hacer cuentas de cuánto me costaría llevarle un detallito a cada una de mis amistades y familia.
No me salia con menos de un millón de pesitos y eso solo llevando alguna chuchería mínima.
Por lo tanto, para no quedar mal con nadie, no me antoje de nada y así todos contentos y mis finanzas estables.
En una de esta calles estaban haciendo fotos con una modelo, nos pillamos todo el tinglado y las maromas que hacen para tomar una cantidad de fotos para escoger unas pocas.
La chica, creo que le quedó doliendo su esquelético cuerpo, pues la tenían en una posición bastante incomoda en una dura escalera de piedra, ahí como tirada.
Como si fuera poco, mientras estábamos allí, pasaron con un fiambre (muerto) muy cerca de nosotros. Conocimos hasta las elegantes carrozas para el paseo final por las aguas de Venecia.
Luego nos sentamos a comer mirando cómo pasaban los turistas en los vaporetos, creo que quedamos en más de una foto, pues todos pasaban tomando fotos a la parte de atrás donde estábamos, y claro interceptábamos el paisaje.
Seriamos los único turistas que no estaban comiendo lo que los demás comían: pizza jajaja.
Montar en la góndola no se me antojó, pues como no era como yo quería, al verlas se me bajaron las ganas. No sé si seré un bicho raro o qué, pero se me hacían como cajones fúnebres, así que no.
La montadita en las góndolas valía solo la módica suma de 80€, y si se quería con cantante a bordo eran como 120€, eso se veían la cantidad de parejas dando la vueltica es estos aparatos.
Seguramente si hubiera ido con mi príncipe azul no me hubiera importado montar es estos bichos, pero así a palo seco, como que mejor se toma caldo de ojo.
Esperaré que cambien el modelo de las góndolas a ver si me animo a volver y montar en ellas.
Montar en los taxis acuáticos o en los vaporetos, con tanta congestión y al ver la odisea que se armaba para pasar unos con otros, tampoco se me hizo buena idea ,así que nos quedamos en las orillas de los puentes viendo las maromas que hacían las góndolas para navegar y fue mas divertido que estar allá haciendo fuerza.
Para montar en los vaporetos cuando no haya tanto turista estorbando, o sea cuando San Juan agache el dedo y eso que esta vez no había tanta gente, pero sin embargo como que todos los días llegan cantidades de personas a ver la ciudad que tal vez algún día se hunda.
Una forma diferente de disfrutar Venecia sin ti, pero que al menos me dejaron satisfecha de haber conocido una ciudad que toda la vida me había parecido idílica.
Agradecida de la oportunidad que me ofrecieron Jaime y Diana, sin ellos seguramente nunca hubiera tenido la fortuna de disfrutar de este hermoso viaje.
Solo recuerdos agradables quedaron y las fotos para recordar que los sueños se pueden hacer realidad, que si no son como lo habíamos soñado, es algo que también sirve para tener en cuenta que las cosas nunca son como parecen, pero que pueden ser mejor de lo que esperamos.
Así se terminó el paseo en Venecia, la pasamos bueno y podemos contar de primera mano que Venecia no huele maluco, que las palomas son como en todas partes, parecidas a las colombianas.
La gente súper amable y con deseos de hacer sentir bien al turista. La comida es rica y no tan costosa como algunos la quieren vender.
La plaza de San Marcos no mantiene inundada en las noches, sino en ciertas épocas y se puede disfrutar de una buena velada sin pagar un peso y con poca gente después de las 9 de la noche.
Nos faltaron más cosas para ver y visitar, eso nos da un buen motivo para un día regresar y cuando sea una rica excéntrica llegar con mi propio modelo de góndola, eso seguro 🙂
Y tú, ¿Conoces Venecia? ¿Te apetece recorrer sus aguas o mejor sus calles?
11 respuestas a «Al fin en Venecia. Cuarta y última parada»
¡Hola!
La verdad es que he escuchado cosas muy buenas de Venecia, a la par que malas.
Supongo que, como bien dices, dependerá de cada persona, pero lo que tengo claro es que cada rincón de este plantea, tiene seguro cosas maravillosas por ver, y sin duda, creo que Venecia es uno de esos lugares. Así pues, es un lugar que espero visitar y sacar yo solita mis propias conclusiones.
No veas si aprovechasteis el tiempo ¡eh! ¡Como debe ser! Yo, como creo que os pasa a vosotros, también soy de esas personas que me gusta aprovechar cada instante cuando viajo, porque el tiempo allí es oro, e intento no permederme las cosas indispensables de cada lugar y sacar fotos..¡muchas fotos!
Eso sí, creo que si voy, no voy a montarme en góndola ¡pero qué caro!
Un besote y gracias por narrarnos tan detalladamente ese viaje.
Pero qué maravilla de artículo!!! Me he sentido en Venecia por un instante, y qué pena que no pudieras ir a la catedral, desde luego tiene que ser impresionante, pero como bien dices, tendrás que repetir! Creo que Venecia es uno de los lugares a los que me encantaría ir, sin lugar a dudas, y más ahora!!!
Hola!! muy guapos todos en las fotos! me alegra que lo pasarais bien durante la estancia en Venecia y es un sitio que me gustaría visitar, aunque coincido en que me daría algo de claustrofobia pensar que solo puedo salir nadando o volando. Besos!!
Hola. No conozco Venecia. Es uno de los destinos de mi lista 🙂 ¡Hay tantos..!jaja. Me ha encantado tu recorrido turístico por Venecia. Tomaré nota para cuando vaya. En cuanto a la claustrofobia he vivido muchísimos años en una isla por lo que no creo que tenga problemas.
Un saludo!
Hace dos años estuve en Venecia, y maravillosa ciudad, parece salida de un cuento de hadas, con sus colores pasteles. Y desde luego tienes que volver.
Waoo, como me emociona este post.
Venecia es una ciudad que está en mi lista de lugares por visitar. Y me ha dado risa lo de la chica, la belleza es mucho más de lo que vemos, esas mujeres tienen que pasar por algunos dolores a veces.
Que bonito compartir esta experiencia con seres queridos y un millón de gracias por dejar estas fotos tan bonitas y llenas de amor.
Saludos.
Que maravilla de viaje y lo mejor de todo es que lo has hecho con tu hija. Lamentablemente mi madre ya no está y me hubiera encantado llevarla a muchos sitios.. No me ha llamado mucho la atención esta ciudad pero no dudo que la visitaré algún día, me ha gustado mucho tu crónica, muy fresca y realista. Muaks
Aun no he puesto los pies por ahí y sí, tal como a ti, me parece una ciudad muy bonita para visitar no así para vivir, ya no tan solo por los barcos, lanchas o en lo que sea que se desplace la gente, sino porque no estoy segura de que me gustaría estar tan cerca del agua… Algún día la visitaré, a ver si las góndolas me gustan más que a ti.
Un lugar que siempre he querido visitar, he escuchado tanto cosas buenas como malas de Venecia, pero como dices, hay que visitarla y formarte tu opinión, me encanta conocer otros lugares. Me han encantado las fotos, no se si subiría a un Góndola, pero por no perder las experiencia, estaría guay, aunque el precio tira para atrás.
Muchas gracias Amparo, siento muchiiiiiiisima envidia sana de ti, yo también he oído mil cosas de Venecia, pero muero por ir, estoy enamorada de esa ciudad, cuando vaya, que espero que sea pronto, te contaré mi experiencia, que espero que sea igual de bonita que la tuya.
Salíais guapísimas en las fotos y los lugares preciosos
Que fotos tan bonitas y que bien aprovechaste el tiempo
Yo tengo muchas ganas de ir un viaje que tengo pendiente