Un rico paseo en Barcelona

Ayer nos fuimos para Barcelona, a acompañar a Jaime a hacer unas vueltas. Mientras las hacia nosotras nos quedamos turistiando al frente de la basílica de la Sagrada Familia. Increíble el gentío que había alrededor y eso que disque es poco para lo que se seguirá viendo este mes.

Allí se da cita cantidad de extranjeros de todas las nacionalidades y todos tomando fotos desde todos los ángulos posibles a esta insignia de la ciudad.

A pesar de ser una obra inacabada, se mantiene en construcción y al parecer se demorará bastantes años su terminado, pues el que la empezó se murió cuando apenas había empezado, o es que era tan complicado e intrincado lo que quería que una vida no es suficiente para terminarla, pero previendo que podría sucederle cualquier percance dejó los bosquejos de la obra para que la siguieran otros artistas.

Gaudi cuando murió solo había hecho una torre de las 18 que pretendía y hasta el momento han hecho 8, o sea que faltan muchas vidas de muchos artistas para terminarlo y dinerito ventiado que seguirá sacando. Aunque con las entradas y donaciones van seguro a paso de tortuga pero sin desfallecer en el intento por darle acabado a esta obra tan majestuosa.

La foto no podía faltar así que nos hicimos varias tratando de captar el fondo, porque entrar ni pensarlo, dizque es hermosísimo adentro, pero lo es más las colisimas para entrar en este momento y con ese sol es que ni pensarlo.

Caminamos por el parque del trasero, luego por el delantero, al menos alrededor si hay para sentarse, comer, chupar helados, tener algo de sombra y en fin que debe ser cariñoso todo allí, pero de hambre o de sed nadie se muere.

Nos sentamos en una silla a la sombra de los arboles y mientras Diana leía yo miraba a todas las persona que subían y bajaban. De pronto una señora se quiso sentar con nosotras y yo claro, bien pueda. Muy amable nos dijo gracias varias veces.

Cuando Diana terminó un capitulo del libro que estábamos leyendo, le puse conversa a la señora que de una nos contó parte de su vida. Toda amabilidad y feliz de tener con quien conversar. Reside cerca del parque, viuda hace pocos años, vive sola, pues sus hijos, los tres que tiene, están regados por varias partes de España. Con 5 nietos ya grandes y estudiando, la visitan de vez en cuando y ella también es llevada por ellos a visitarlos.

Con sus 80 años, que no los aparenta pues tiene una piel lozana y una voz agradable, lo único en que se le nota los años es en su caminar. Pasamos un rato bien agradable con ella, cuando nos despedimos nos dice que lástima que no tenga su celular para tomarnos una foto, que le parecimos muy bellas y dulces.

Nos despedimos de doble beso, porque por aquí son dos y más allá (en otra parte son tres), eso sí no sé dónde se darán el tercero.

La acompañamos hasta cerca de su casa, pues nosotras seguíamos de largo, cuando Diana cae en cuenta que ella si tiene para tomar fotos. Pues nos devolvimos y la vimos entrar a una tienda y que la sorprendo cuando me ve de nuevo.

Le digo que si quiere mi hija nos toma la foto, ¿de verdad? que ilusión vamos. Le dice al tendero que se tomará una foto con nosotras, parecía una niña con juguete nuevo, más bonita.

Diana nos tomó varias y le pidió su Whasapp para enviárselas. No cabía de la felicidad doña Elisenda. Ahí apenas nos vinimos a presentar. Ella quedó feliz de la vida y nosotras nos fuimos con la satisfación de haber hecho feliz a una señora tan dulce.

Luego nos fuimos para el restaurante donde nos encontraríamos con Jaime. Que colas las que había. Eso había que entrar de a poquitos y apenas hubiera mesa desocupada.

Pues como Jaime no llegaba, nos toco ir por él, una hora después, casi que no alcanzamos almuerzo, pues de la lista ya se había acabado varias cosas. Todo vegetariano, pero rico, eso si valió la espera.

Después para rematar la tarde nos fuimos para cine, en el centro de la ciudad donde viven ellos, había que multitud, un desorden que no se sabia donde empezaba o terminaba una fila. Así que nos fuimos para otra sala de cine, cerca de la casa en Sabadell.

Allí al menos no había tanto despelote, llegamos a tiempo de comprar las entradas, las crispetas, ir al baño y a ver la última película de Jason Bourne.

Cuando se terminó la peliculanos fuimos caminando a casa, por un parque con cisnes y un paisaje hermoso con el atardecer encima. Espectacular el paseo.

Una tarde muy buena, eso sí súper caliente porque parece que por aquí el verano es intenso 🙂

¿Qué has estado haciendo tu estos primeros días de agosto?